Monday, August 6, 2012

Una Actitud Como la de Cristo


En la Palabra
Lectura: Isaías 37 – 39 , Salmo 76

Cuando el mensaje de Senaquerib llegó a oídos de Ezequías este se rasgó sus vestidos y buscó al profeta Isaías para que clamara a Dios. La respuesta del Señor fue de una promesa poderosa. Senaquerib escucharía rumores y regresaría a su tierra donde sería muerto. Senaquerib siguó amedrentando a Jerusalén y el Ángel de Jehová causó una mortandad en el ejército asirio, 185 hombres. Senaquerib regresó a Nínive aún retando a Ezequías, pero estando en Nínive adorando a su Dios murió en manos de sus hombres, tal como el Isaías lo profetizó.  Ezequías enfermó y buscó al Señor y Dios le dio quince años más de vida por lo que adoró al Señor, pero cuando unos hombres vinieron de Babilonia, les mostró todos tesoros de la casa del Jehová. Isaías lo reprendió por ello y profetizó que los babilonios vendrían y saquearían Jerusalén y a los hijos de Ezequías los llevarían cautivos y los harían eunucos. La actitud de Ezequías fue muy desconcertante, lo único que parece le interesó fue que no ocurriría en su tiempo.

En la Práctica
Qué importante es que busquemos al Señor en medio de nuestras aflicciones. Podemos tratar de llevar solos la carga, estresarnos y no encontrarle sentido a nuestras circunstancias. Cuando dependemos de Dios y le buscamos, nuestra carga se aligera y encontramos sentido en nuestras pruebas. Es verdad que ninguna prueba es causa de gozo, al contrario, es causa de tristeza y de aflicción, pero después da fruto apacible de justicia. Esto fue lo que experimentó Ezequías, la salvación de Dios y su misericordia al darle quince años más de vida. Sin embargo, así como Ezequías, hay ocasiones en que terminamos haciendo cosas que no agradan a Dios y que traen consecuencias desagradables a nuestra vida y a los que nos rodean. La actitud de Ezequías parece ser muy egoísta y hay veces que nosotros podemos actuar de una manera similar. Tengamos cuidado de no pensar únicamente en nuestro bienestar. “No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en ustedes esa mentalidad que hubo también en Cristo Jesús…” (Fil. 2:4-5)

En Oración
Padre, el reto de tener la misma mentalidad o actitud de Cristo es muy grande, sin embargo me has dado tu Espíritu. Quiero llenarme de tu Espíritu para vivir de acuerdo a tu voluntad…por Jesucristo, así sea.

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