En la
Palabra
Lectura: Jeremías 1-3
Dios conocía a Jeremías antes que lo formara
en el vientre de su madre y lo santificó y lo llamó por profeta a las naciones.
El Señor puso su mano y su Palabra en la boca de Jeremías. Dios le llamó a
profetizar durante los reinados de Josías, Joacim y Sedequías hasta los tiempos
de la cautividad en Babilonia.
El Señor anuncia la destrucción de Judá y les
pregunta cual fue el mal que el Señor les hizo para que lo dejaran y se fueran
a servir otros dioses. La sentencia que el Señor da es principalmente por dos
razones: Porque lo dejaron a él, fuente de agua viva y cavaron para ellos cisternas que NO retienen agua (2:13)
El Señor presenta el ejemplo de Israel (el
reino del norte) quien abandonó al Señor y lo hace representándola como una
prostituta que se fue con sus amantes; ahora le dice a Judá que ella tampoco
aprendió aún viendo el ejemplo de su hermana, sino que también Judá se prostituía
siguiendo a sus ídolos y abandonando a Jehová. El Señor les llama a
arrepentirse y a volverse a él; el Señor les daría entonces pastores según su
corazón que los apacienten con ciencia e inteligencia. El Señor dice: “Conviértanse,
hijos rebeldes, y sanare sus rebeliones” (3:22)
En la Práctica
Que conocimiento tan maravilloso es saber que
Dios nos conoce desde antes que nos formase en el vientre de nuestra madre y
que el ya tenía un llamado para cada uno de sus hijos. No somos un accidente,
no nacimos por un accidente. Aunque pienses que tus padres no te quisieron o no
te planearon, en los planes de Dios ya estabas. Así como a Jeremías, el Señor
se manifiesta a tu vida y te llama para el propósito por el cual él te formó. ¿Cuál
es nuestro inconveniente? ¿Por qué no conocemos ese propósito? Por el pecado.
El pecado nos ha hecho alejar del propósito de Dios. Aunque Dios nos formó para
él, le hemos abandonado, hemos dejado a Dios quien es la fuente de agua viva y
buscamos cavar nuestras propias cisternas que no retienen agua. ¿Estas sediento
de propósito en la vida? ¿Estas sediento de significado en la vida? Muchos
buscan significado y propósito en el placer, el poder, la riqueza, étc. Pero
nunca van a ser saciados, como dijo el Señor a la mujer Samaritana, “el que
beba de esa agua volverá a tener sed, mas el que
bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo
le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.” (Juan
4:13-14)
¿Ya te has arrepentido de tus
pecados y convertido a Jehová para que el sane tus rebeliones, para que perdone
todos tus pecados? Nunca podrás experimentar la vida en abundancia que Dios
ofrece sin antes arrepentirte y volverte a Dios. Volvámonos a Jehová nuestra
fuente de agua viva.
En Oración
Como el Salmista dijo, “¡Cuán preciosos me
son, oh Dios, tus pensamientos!
¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los
enumero, se multiplican más que la arena! Gracias por amarme y por conocerme
desde antes que me formaras, gracias por darme un llamado y un propósito
eterno. Por Jesucristo, amén.
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