No Intimidado

En la Palabra

Lectura: Isaías 35-36

En estos dos capítulos Isaías contrasta el tiempo de restauración del pueblo de Israel, cuando el Señor vendrá con retribución para salvar a Israel; cuando los ojos de los ciegos verán, los oídos de los sordos oirán, la lengua de los mudos hablará y los cojos saltarán. Se invitará al de corazón apocado a esforzarse porque Dios hará que la sequedad se convirtiera en estanque y donde no había camino se hiciera una calzada de santidad. Sin embargo cuando vino la invasión de los Asirios sobre Jerusalén, Senaquerib, el capitán del ejército intimidó al pueblo y aún los reto a no confiar en el Dios de Ezequías. La gente del muro estaba intimidada y temerosa.

En la Práctica

Cuántas veces somos intimidados por las circunstancias, por las personas, por los problemas, por tantas cosas que llegan a causar temor en nuestros corazones; sin embargo el Señor nos invita a confiar en El porque El hace maravillas y abre camino donde no hay camino, y suple de agua en medio de la sequía. Curiosamente, el capítulo previo a la intimidación de los Asirios, el Señor anima a los de corazón apocado a esforzarse. ¿Estas pasando por alguna prueba difícil? ¿No ves la luz al final del túnel? Recuerda las palabras del profeta Isaías: “

4 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.

5 Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. 6 Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.

¿Estas listo para ver las maravillas de Dios obrando en medio de tus circunstancias? ¿Estas listo para proclamar su gloria? ¿Estas listo para saltar de gozo por sus hechos portentosos?

En Oración

Señor, no quiero ser intimidado por las circunstancias; quiero estar en tu voluntad para ver tus maravillas. Gracias por tus promesas, por Jesucristo, amén.