En la Palabra
Lectura: Nahum 1 -3
En este libro profeta Nahum declara el juicio de Dios contra Asiria. Presenta
a Dios como un Dios celoso y vengador; y, aunque es paciente, no tiene por
inocente al culpable. Asiria y su capital Nínive serían juzgada, conquistada y
saqueada y sería reducida a humo. El juicio es terrible contra Asiria.
En la Práctica
Nahum muestra un lado de Dios que muy pocas veces se enseña; Dios es
amor, pero también es justicia. Israel, el reino del norte, supo lo que era el
juicio de Dios en 722 a.C. cuando fue conquistado y llevado cautivo por Asiria.
Ahora Asiria sabría lo que es el juicio de Dios por la maldad y crueldad contra
Israel y Judá. Los asirios se jactaban de sus conquistas y su brutalidad, se
envanecían por “faltar lugar para los cadáveres” y “cómo su diosa Istar era una
destructora sin misericordia.” También se gloriaban de decir cuán altas eran
las pirámides de cabezas humanas que construían de sus enemigos conquistados.
Quemaban las ciudades con las personas vivas, a algunas las desollaban, a otras
les cortaban las manos y otras las colgaban en estacas. Tal vez esta era la
razón por la que Jonás no quiso ir a predicar 150 años antes. Jonás quería ver
el juicio de Dios sobre Asiria. Cuando Jonás predicó en Nínive, el pueblo se
arrepintió y se humillo ante Dios; por ello el Señor los perdonó. (Hay
inclusive evidencias arqueológicas de monoteísmo en Nínive durante el tiempo de
Jonás).
Pero 150 años después se olvidaron de Dios y siguieron en su maldad,
crueldad e idolatría. En Jonás vemos el amor de Dios, en Nahum vemos la ira de
Dios.
Pero no perdamos de vista que los primeros veros de este capitulo
hablan del carácter perfecto del Señor. El es misericordioso y es paciente,
pero no dejará sin castigo al culpable.
El juicio de Dios tiene que llegar porque Dios tiene que ser fiel a su
carácter perfecto. Este libro nos enseña mucho acerca del carácter de Dios. El
es soberano, el es justo y protege a su pueblo.
El libro de Nahum es un menaje de condenación para los que no obedecen a
Dios, pero al mismo tiempo es un mensaje de consolación para quienes confían en
Dios.
Tal vez te encuentres sufriendo y piensas que es injustamente,
recuerda, Dios protege a su pueblo. Lee el Salmo 37 que es una palabra de
aliento y llena de promesas para todo aquel que esta sufriendo injustamente.
En Oración
Gracias te doy Señor por tu carácter perfecto; eres amor pero también
eres justicia. Aunque yo merecía el castigo por mis rebeliones contra ti,
Jesucristo llevó mi castigo, ahora soy tu hijo y tú me guardas. Bendito seas,
por Jesucristo, amén.
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