En la
Palabra
Lectura: Isaías 54 – 58
Isaías trae de parte de Dios un mensaje de
esperanza para el pueblo de Judá. Aunque sería llevado cautivo a Babilonia, el
Señor los llamaría de nuevo y se podría regocijar como la mujer estéril a la
cual Dios le da hijos. Además le dice que se va a extender y Dios va a
protegerlo. Que maravillosa promesa le da al decirle: “ninguna arma forjada
contra ti prosperará…” (54:17)
Dios invita a todos lo sedientos, a los que
no tienen dinero para comprar a acercarse a Dios y comprar sin dinero alimento.
Les dice que no gasten su dinero en lo que no es pan y no sacia. El Señor llama
a que el impío deje su camino y se vuelva a Jehová que es perdonador. Dios
invita a todo aquel que sigue a Jehová a su casa, su casa es casa de oración.
Isaías enseña cómo debe ser el ayuno para
Dios. No se debe buscar el gusto propio o con motivos equivocados. El ayuno
para el Señor es desechar la impiedad, compartir con los que no tienen,
albergar a los pobres, cubrir al desnudo, así nuestra luz resplandecerá y el
Señor escuchará nuestro clamor.
En la
Práctica
Este es un pasaje que nos invita a
reflexionar en nuestro propio caminar con Cristo y nuestra disciplina
espiritual. Dios tiene grandes promesas para sus hijos pero al parecer no
sabemos esperar en ellas, a veces nos adelantamos al tiempo de Dios y tomamos
decisiones equivocadas. Todo el capítulo 55 es una invitación para que nos
acerquemos a Dios y dejemos de buscar y seguir aquellas cosas que no sacian. Me
pregunto de qué estoy saciando mi vida; ¿estoy buscando aquellas cosas que me
edifican espiritualmente? ¿Qué tal la práctica del ayuno o la oración? En la
iglesia haremos un énfasis en la oración y el ayuno. Si queremos crecer
espiritualmente, si queremos buscar a Dios, ¿no debemos buscarlo en oración y
en ayuno? ¿Qué tal si esta semana, al igual que compartir el evangelio,
disponemos un tiempo especial de oración y ayuno? ¿Te imaginas que pasaría si
ayunamos del Factbook, es decir, el tiempo que dedicamos al Factbook lo
dedicamos a la oración y a buscar a Dios? Aprendamos a deleitarnos en Jehová y
buscarle de corazón.
En Oración
Señor, gracias por el reto que me haces de
buscarte intensamente, de que mi alma y mi corazón te anhelen. El propósito de
la oración es que te conozca más. Gracias te doy, en el nombre de Jesucristo,
amén.
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