En la
Palabra
Lectura: Lamentaciones 1-2
Jeremías comienza a describir la terrible
condición en que se encuentra Jerusalén después de su caída ante Babilonia. Las
cosas que ve Jeremías son terribles. La tristeza en las personas, el
sufrimiento y todo lo que describe es de lamentarse. Las calzadas son de luto,
le gente gime, los opresores de Jerusalén se burlan. Jeremías mismo dice que se le llenan lo ojos de lagrimas
porque se alejó su consolador que le daba reposo a su alma. “Mis ojos
desfallecieron de lágrimas, se conmovieron mis entrañas…cuando desfallecía el
niño…decían a sus madres: ¿dónde está el trigo y el vino?” (2:11-12) Los profetas en lugar de
hablar la Palabra de Dios profetizaron mentira y el pueblo siguió en su pecado.
En la
Práctica
¿Por que se lamenta Jeremías? Porque muchas
veces advirtió al pueblo con la Palabra de Dios, pero la gente prefirió
escuchar a los profetas mentirosos que hablaban los engaños de su corazón ahora
una gran destrucción cayó sobre el pueblo. No me imagino cómo se sentía
Jeremías cuando escuchaba a los niños pidiendo a sus madres de comer y no había. En el verso 1:18 Jeremías dice: “Jehová es justo; yo contra
su palabra me rebelé. Oid ahora pueblos todos, y ved mi dolor.” He escuchado un
dicho que dice “nadie experimenta en cabeza ajena.” Jeremías nos invita a ver
la tragedia de Judá, que se rebeló contra la Palabra de Dios, no la obedeció y
las consecuencias vinieron sobre de ellos. Necesitamos estar atentos a la
Palabra de Dios para cumplirla y no ser como Sedequías. Recuerdas que pidió que
Jeremías preguntara a Dios lo que debía hacer y cuando Jeremías se lo dijo, no
obedeció. Esaú despreció su primogenitura, y después lloró amargamente por
ella. No despreciemos la Palabra de Dios, no dejemos de aprovechar las bendiciones
que tenemos ahora al vivir de acuerdo a su Palabra, en obediencia a El.
En Oración
Señor, necesito de tu sabiduría para andar en
tu Palabra y vivir de acuerdo a ella. Lléname de ti, por Jesucristo; así sea.