Friday, November 30, 2012

La Biblia, el Ocultísmo y los Demonios


En la Palabra
Lectura: Hechos 18-19

Pablo salió de Atenas y fue a Corinto donde estuvo por un año y medio. Como siempre, primero entró en la sinagoga pero los judíos blasfemaban, por lo que comenzó a predicar a los gentiles en casa de Justo. Algunos de los judíos creyeron, como Crispo el principal de la sinagoga. Pablo fue fortalecido por el Señor quien le dijo en visión que hablara y no callara. En Corinto conoció a Priscila y Aquila quienes tuvieron que huir de Roma porque Claudio Cesar expulsó a los judíos de Roma. Después de un alboroto en Corinto, Pablo decidió ir a la iglesia de Antioquía en Siria llevando consigo a Priscila y Aquila. En el camino se detuvo en Éfeso donde predicó en la Sinagoga. Aquí los judíos le pidieron que se quedara pero él ya tenía resuelto ir a Antioquía. Priscila y Aquila se quedaron en Éfeso. Pablo llegó a Jerusalén, saludó a los hermanos y después fue a Antioquía. Estuvo ahí un tiempo y luego comenzó su tercer viaje misionero, pasando por las iglesias que había establecido en Galacia. Mientras tanto a Éfeso llegó predicando un judío llamado Apolos. Priscila y Aquila lo instruyeron más exactamente en el camino del Señor y  le animaron a ir a predicar a Corintio, lo cual hizo y discutía con los judíos en la sinagoga de Corinto. Pablo llegó a Éfeso y se encontró con algunos discípulos de Juan el Bautista a quienes bautizó en el nombre de Jesús. Pablo se quedó en Éfeso por espacio de tres años enseñando en la escuela de Tirano. Durante este tiempo muchos creyeron, hubo manifestaciones maravillosas de fe, pero también un alboroto muy grande por causa de los que vendían figuras de la diosa Diana.

En la Práctica
En el libro de los Hechos hemos visto algunos encuentros que los apóstoles tuvieron con las fuerzas de lo oculto.  El apóstol Pedro se encontró con el Simón el mago en Samaria, quien con sus artes mágicas engañaba al pueblo, la gente llegaba a decir; “este es el gran poder de Dios.” (Hch. 8:9-10). El apóstol Pablo en su primer viaje misionero, el primer lugar a donde llega se encuentra con Barjesús o Elimas el hechicero que trataba de apartar a la gente de la fe.  Pablo le llama hijo del diablo. (Hch.13:6-10).  En su segundo viaje misionero se encontró con una mujer poseída por un espíritu de adivinación en la ciudad de Filipo (Hch. 16:16-18); y en Éfeso había muchos endemoniados y uno en particular había causado mucho temor en la ciudad.  Sin embargo, en Éfeso, mucha gente creyó en Jesucristo y se arrepintieron de practicar el ocultismo, trajeron sus libros de magia y los quemaron.
Cuando el apóstol Pablo escribe su carta a la iglesia de Éfeso, en el capitulo 2 les recuerda que en otro tiempo “estaban muertos en sus transgresiones y pecados y vivían conforme al príncipe que gobierna las tinieblas, el espíritu que ejerce su poder en los que ahora viven en desobediencia’ (v.1-2) y en el capitulo 6:10-13 enseña sobre la batalla contra los espíritus de maldad. En 1 Tim. 4, Pablo le advierte al joven pastor de Éfeso, Timoteo, que en los últimos tiempos la gente se apartaría de la fe para escuchar espíritus engañadores y doctrinas de demonios.
Estamos viviendo este tiempo, donde la gente ha dejado la fe en Jesucristo y las enseñanzas de la Biblia para ser engañados por filosofías y cultos inspirados por el diablo. ¿Estas siguiendo a Jesús y confiando en su Palabra o confías en el horóscopo, las cartas y otras prácticas ocultas?

En Oración
Padre, muchas gracias por tu amor y por librarnos del poder del príncipe de las tinieblas. Como los tesalonicenses, nos libraste de los ídolos para servir a un Dios vivo. Por Jesucristo, amén.

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