En la
Palabra
Lectura: Mateo 26 – Marcos 13

En la
Práctica
Esta lectura tiene grandes aplicaciones para
nuestra vida. Me voy a enfocar en la historia de Pedro. Este hombre tenía un
carácter impulsivo que lo hacía un líder natural. Pedro escuchó muchas veces
decir a Jesús que iba a ir a Jerusalén e iba a sufrir y finalmente lo matarían.
Cuando el Señor anuncia que esa noche lo abandonarían, Pedro le asegura que el
estaba dispuesto a dar la vida por Jesús. El Señor le dice que lo negaría tres
veces. En el huerto de Getsemaní, el Señor le pide a Pedro, Juan y Jacobo que
oren con él, pero ellos se duermen. ¿Por qué Pedro abandonó al Señor? ¿Por qué
Pedro negó a Jesús? Creo que la respuesta está en el hecho de que Jesús
claramente le dijo que estuviera alerta (velar) y orara para que no entrara en tentación,
sin embargo Pedro se durmió. El carácter de Pedro le hacía decir que el iría
con Jesús hasta la muerte, ese era el espíritu de Pedro, dispuesto, pero la
realidad es que la carne es débil. ¿Cuántas veces somos como Pedro? Estamos
dispuestos a muchas cosas, pero todo comienza con la oración. Pero para este
ejercicio espiritual se necesita disciplina, poder someter a la carne y sus
deseos de dormir un poco más, de descansar, de comer y de tantas otras cosas más
que le damos prioridad en lugar de disciplina y nutrir el espíritu. No es fácil
someter la carne. No es fácil hacer una disciplina de la oración, pero es lo
que Jesucristo sabe que necesitamos. Jesucristo dio su vida para salvarnos y
darnos el poder para vencer el pecado en nuestra vida. ¿Estas dispuesto a
vencer y disciplinar tu vida para desarrollar el hábito de la oración?
En Oración
Señor gracias por la victoria que me das en
Jesucristo. Te pido me ayudes en mi debilidad; que pueda desarrollar una vida
de disciplina y oración; porque el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la
carne es débil. Por Jesucristo, amén.
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