En la
Palabra
Lectura: Lucas 23, Juan 18 -19
Lucas narra el juicio de Jesús ante Pilato
quien no encontró nada digno de muerte y no quería dictarle sentencia de muerte. Cuando se enteró
que Jesús era de Galilea, le envió a Herodes quien era el gobernador de
Galilea. Herodes quería ver que Jesús hiciera milagros pero Jesús no los hizo.
Herodes se burló de él y lo regresó a Pilato. Pilato finalmente escuchó la voz
del pueblo. Azotaron a Jesús, le pusieron una corona de espinas y lo llevaron a
crucificar. Pusieron un título sobre la cabeza de Jesús: “Este es el Rey de los
Judíos” el cual estaba escrito en Latín, Griego y Hebreo. Dos ladrones fueron
crucificados también ese día, uno de cada lado de Jesús. Uno de ellos injuriaba
al Señor, el otro lo reprendió y le pidió a Jesús que se acordara de el cuando
viniera en su reino; Jesús le dijo: “de cierto te digo que hoy estarás conmigo
en el paraíso” (Luc.23:43). Jesús murió y fue sepultado. Juan relata más en
detalla la conversación de Jesús con Pilato el cual tuvo gran temor de Jesús,
sobre todo cuando escuchó la acusación de que Jesús, siendo hombre, se hacía
Hijo de Dios. Cuando Pilato presentó a Jesús delante del pueblo, les dijo: “He
aquí su rey” (Jn. 19:14) y ellos gritaron “¡crucifícalo!” Pilato preguntó: “¿he
de crucificar a su rey?” La
respuesta es asombrosa; “no tenemos más rey que César.”
En la
Práctica
La declaración que hizo el pueblo acerca de
su lealtad a César es asombrosa. Un Judío podía ser acusado de sedición por
esas palabras, sin embargo, el deseo de deslindarse de cualquier
relación con Jesús como rey, hacía que declararan fidelidad a un hombre romano
que se hacía dios. Jesús había demostrado con sus enseñanzas y sus hechos que
el era Dios hecho hombre. De alguna manera todos lo seres humanos tenemos
lealtad a alguien o algo. Dios nos creó con esa dependencia. Alguien dijo: “el hombre
tiene un vacío triangular en el corazón, que un mundo redondo no puede llenar, solo
un Dios trino, Padre, Hijo y Espíritu puede llenar ese vacío.” ¿A quien eres
leal? ¿A un mundo redondo son sus pasiones? ¿A un hombre con sus debilidades y
defectos? ó ¿a un Dios que se hizo hombre y murió sufriendo el castigo de
nuestros pecados para poder restaurar nuestra relación con él? “¡He aquí tu
Rey!” Jesucristo es el único Rey.
En Oración
Padre, gracias por tu Hijo Jesucristo, porque
el es el Rey que un día regresará y gobernará con justicia sobre todas las
naciones. Por Jesucristo, amén.
No comments:
Post a Comment