En la
Palabra
Lectura: Mateo 25
En esta sección del sermón del Monte de los
Olivos, el Señor Jesús presenta tres parábolas acerca del reino de los cielos.
La primera es la parábola de las diez vírgenes que estaban esperando sus novios
para la boda, sin embargo cinco fueron prudentes y tenían sus lámparas listas
con aceite, las otras cinco no. Cuando llego el momento de la boda las cinco
que estaban listas se fueron con el novio, las demás no pudieron ir a la boda.
La segunda parábola es la de los talentos, donde un hombre al irse lejos, llamó
a sus siervos y les dio mucho dinero (talentos), dos de ellos al invertirlo
ganaron el doble, sin embargo uno no lo invirtió y cuando el dueño le tomó
cuentas fue severamente castigado, y además le quitaron todo para dárselo al
que tenía más. La tercera parábola es la del juicio de las naciones
representada por el Hijo del Hombre sentado en su trono de gloria y separando a
los cabritos de las ovejas. Las ovejas, que hicieron misericordia, recibirán el
reino; y los cabritos, que no actuaron misericordiosa y justamente, los
maldecirá y los lanzará al fuego eterno
En la
Práctica
Estas parábolas están dentro de un contexto
profético, es decir, de la Segunda vendida de Jesucristo y hablan de salvación
o condenación eterna. Algunos interpretan la parábola de las 10 vírgenes
aplicándola al rapto de la iglesia y se dice que los cristianos que no tienen
el Espíritu van a ser dejados. Sin embargo, si una persona es cristiana (nacido
de nuevo), va a ser llevada en el rapto, no por sus obras, sino por la obra de
Jesucristo. Nuestras obras no tienen ningún valor para Dios, no son nuestras
obras la que nos salvan. Creo que el problema está en darle al aceite de las
lámparas el simbolismo del Espíritu Santo. Las lámparas sirven para dar luz. La
luz en las lámparas aparentemente es el requisito para ir con el esposo. La luz de las cinco vírgenes insensatas
era insuficiente; aquí sugiero que ellas querían ser salvas por obras. La luz
de las cinco vírgenes prudentes era la obra redentora de Jesucristo, quien es
la “Luz verdadera que alumbra a todo hombre.” Estas vírgenes pudieron ir a la
boda porque fueron salvadas por la fe en la “Luz del mundo”; es decir,
Jesucristo.
En el caso de la parábola de los talentos,
llama la atención la actitud del tercer hombre, quien acusó al dueño de ser
injusto y malo como pretexto para no invertir sus talentos.
Así son los incrédulas, juzgan Dios para
justificarse ellos mismos. Si interpretamos que los talentos representan la
salvación en Jesucristo; dos de los hombres recibieron esa salvación y actuaron
en ella recibiendo no solo salvación sino recompensas. El tercer hombre rechazó
la salvación y fue echado en las tinieblas donde sería el lloro y el crujir de
dientes. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que cree en el, no se pierda sino tenga vida eterna.” Dios
dio a su Hijo por todos, pero los que se salvan son aquellos que creen (actúan
en lo que creen).
La tercer parábola, la de los cabritos y las
ovejas, tiene también aspectos difíciles de interpretar, porque los que son
considerados cabritos, son apartados y juzgados en base a sus obras, en este
caso, por lo que NO hicieron, es decir, por no tener misericordia de “uno de
estos más pequeños, tampoco a mi mí lo hicisteis.” En el caso de las ovejas son
recompensadas por lo que hicieron. El principio de la Salvación, en toda la
Biblia, es que es únicamente por fe en la obra redentora de Jesucristo. (Ef.
2:8, Rom. 3:28). Lo único que me queda decir es que este pasaje necesita ser
estudiado mas profundamente.
En Oración
Bendito Dios, gracias una vez mas por la
Salvación que me has dado en Jesucristo. Como las vírgenes sensatas que tenían
luz en sus lámpara, como los hombres que invirtieron tus talentos, y las ovejas
que cuidaron de los necesitados, que mi vida pueda reflejar tu salvación. Por
Jesucristo, amén.
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