En la
Palabra
Lectura: Mateo 26 – Marcos 14
Mateo relata el acuerdo de Judas Iscariote
con los ancianos para entregar a Jesús por 30 monedas de plata. Durante la
Pascua, el Señor instituye lo que se conoce como la Cena del Señor tomando el
pan, partiéndolo, dando gracias y pasándolo a los apóstoles, diciéndoles que
comieran de el, que era ese era su cuerpo. Cada uno partió un pedazo de pan y
lo comió. El Señor también tomó la copa de vino, dio gracias, la pasó y le
pidió a los apóstoles que bebieran de ella porque era su sangre que era
derramada por ellos. Durante la Cena el Señor declara que Judas sería el que lo
iba a entregar y anuncia también la negación de Pedro. Los demás apóstoles, así
como Pedro, también aseguraron que no abandonarían al Señor (Mat. 26:35). Jesús
fue a orar al huerto de Getsemaní donde padeció gran aflicción mientras que los
apóstoles dormían. Saliendo de ahí, Jesús fue arrestado por una turba y aunque
hubo un intento por parte de los apóstoles para pelear, Jesús los reprendió.
Jesús fue llevado ante el sumo sacerdote y fue juzgado con testigos falsos. El
sumo sacerdote le preguntó si él era el Cristo. Jesús lo afirmó y por ello lo
condenaron a muerte, le escupieron en el rostro y le daban de puñetazos.
Durante este tiempo Pedro lo seguía de lejos y le negó tres veces, tal como
Jesús se lo dijo.
En la
Práctica
Una de las diferencias que el cristianismo
tiene con el catolicismo es el entendimiento de la Cena del Señor o Eucaristía
(que significa dar gracias –porque Jesús dio gracias por los elementos y
después los repartió con los apóstoles). En la doctrina Católica se dice que en
el momento de dar gracias por el pan y el vino, el pan se convierte
milagrosamente en la carne de Cristo y el vino se convierte en la sangre de
Cristo. Al tomar la osita, el creyente Católico está comiendo literalmente la
carne de Cristo. A este proceso se le llama Transubstanciación.
Cuando está doctrina se desarrolló con ese entendimiento, los creyentes
fueron acusados de ser caníbales. No fue sino hasta el tiempo de la Reforma que
Martín Lutero estudiando la Escritura propuso que en la Cena del Señor, el
cuerpo y la sangre de Cristo no estaban presentes físicamente sino
espiritualmente. Es decir, el pan no se convertía en la carne de Cristo
literalmente sino espiritualmente, y lo mismo el vino. A este entendimiento se
le llama Consubstanciación. Otro
teólogo de la Reforma, Juan Calvino, propuso otro entendimiento de la Cena del
Señor basado en la explicación que da el apóstol Pablo en 1 Corintios 11:23-30.
Para Calvino, la Cena del Señor es una Conmemoración,
es decir, el apóstol Pablo dice que el Señor Jesús mandó a sus discípulos tomar
el pan y la copa “en memoria de mi.” Lo que se hace en la Cena del Señor es
recordar la muerte de Cristo. Su cuerpo fue crucificado para destruir el poder
del pecado y su sangre fue derramada para limpiar el pecado. Esta es la
posición más común entre los cristianos evangélicos.
A la Cena del Señor se le llama también tomar
la comunión porque el creyente debe, de acuerdo a 1 Corintios 11:23-30,
examinarse a si mismo y tomar entonces del pan y beber la copa. Al hacer este
auto-examen, el creyente tendrá que confesar sus pecados y tomar la Cena, es
decir, el creyente restaura su relación con el Señor por medio de la confesión
y el perdón. El deseo del Señor Jesús es que cada creyente esté en comunión con
él, es decir, en una relación correcta con Dios por medio de Jesucristo. ¿Cómo está
tu relación con el Señor?
En Oración
Gracias Señor por tu deseo de que estemos en
una correcta relación contigo. Gracias por el sacrificio de Jesucristo que hace
posible el perdón de pecados y la restauración. Gracias una vez mas, por
Jesucristo, amén.
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