En la
Palabra
Lectura: Gálatas 4 - 6
Pablo deja muy claro de que la voluntad de
Dios fue enviar a su hijo, quien nació de mujer y nació bajo la ley para
redimir a los que estábamos bajo la ley, ahora como hijo podemos acercarnos a
Dios como nuestro Padre. Para dejar claro lo que es la ley y la gracia, Pablo
utiliza el ejemplo de Agar y su hijo Ismael, quien fue hijo de la esclava
conforme a la carne, y Sara con su hijo Isaac quien fue hijo de la promesa
conforme al espíritu. Por medio de esta alegoría, Pablo les hace ver a los que
quieren cumplir la ley que son hijos de la esclava y no de la libre. El punto
principal de toda la carta es: “Estén pues firmes en a libertad con que Cristo
nos hizo libres, y no estén otra vez sujetos al yugo de esclavitud” (5:1).
Pablo hace una lista, que muestra algunas de las obras de la carne en contraste
con el fruto del Espíritu. En el capítulo 6 el tono de la carta cambia de enojo
a un momento de calma para restaurar. Le pide a los que son espirituales, que
restauren a los que han tropezado y pide que se ayuden unos a otros a llevar
sus cargas. La iglesia debe ser un hospital para los caídos y no una sala de
juicio, crítica y condenación.
En la
Práctica
La carta a los Gálatas condena el legalismo y
el libertinaje (“…solamente que no usen la libertad como ocasión para la
carne”) y nos enseña a vivir en la libertad con que Cristo nos he hecho libres.
Los legalistas siempre son más exigentes y duros con otras personas que lo que
son sobre sí mismos, en cambio el espiritual ayuda a llevar las cargas y
voluntariamente se exige el mismo más de lo que exige a los demás. Nada hay que revele más la maldad del
legalismo que la manera en que el legalista trata a los que han caído. La
actitud de la persona espiritual, la que ayuda con las cargas, contrasta con la
actitud de la persona legalista. La meta de la persona espiritual es restaurar
en amor y en humildad, la meta del legalista es condenar y su actitud es de
orgullo. El legalista se goza cuando el hermano cae, y generalmente hace el
asunto público para verse el bien ante los demás. La Biblia nos hace una
advertencia seria a todos: “…si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de
no caer” (1 Co.10:12)
Todos nosotros podemos estar llevando cargas:
algunas pueden ser físicas por una enfermedad, puede ser emocional, tu corazón
está quebrantado por la condición de tu familia, de tus hijos, de algún ser
querido; sientes que el peso del mundo está sobre ti porque tienes cargas
emocionales. Puede ser una carga espiritual, tienes una situación no resuelta
con Dios, estas llevando enojo y amargura contra algún hermano y no sabes cómo
confesarlo a Dios. Puedes compartir tus cargas o puedes ayudar a llevar cargas para
poder ser sanado. Puedes acercarte al Señor y llevar todas tus cargas a El,
porque El, tiene cuidado de nosotros.
En Oración
Señor, gracias por la libertad que me has
dado en Cristo, gracias porque tienes cuidado de mi y porque puedo llevar mis
cargas delate de tu presencia para ser sanado y restaurado. Gracias por tu misericordia
y tu amor, por Jesucristo, amén.
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