En la
Palabra
Lectura: Juan 11
Lázaro, el amigo del Señor Jesús y hermano de
María y Marta, enfermó y le avisaron a Jesús, pero el dijo que esa enfermedad
no era de muerte sino para la gloria de Dios. Dos días después dijo a sus
discípulos que Lázaro había muerto. Cuando llegó a Betania donde vivía Lázaro,
Marta salió a su encuentro a decirle que por no haber venido antes su hermano
estaba muerto. Jesús le dijo que Lázaro resucitaría y dijo: “Yo soy la
resurrección y la vida, el cree en mi aunque este muerto, vivirá. Y todo aquel
que vive y cree en mi, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” (v.25-26). María
también al verlo le dijo: “si hubieras estado aquí, mi hermano no habría
muerto.” Jesús al verlas llorando, también lloró. Pidió que lo llevaran al sepulcro
y les dijo que quitaran la piedra, oró al Señor diciendo que él sabía que
siempre su Padre le escucha, pero que oraba en voz alta para que creyeran,
todos los que estaban ahí, que Dios le había enviado. Así gritó y dijo:
“Lázaro, ven fuera.” Lázaro resucitó. Esto hizo que muchos creyeran en él pero
los religiosos planearon matarlo porque temían que toda la gente creyera y los
romanos vinieran a destruirlos.
En la
Práctica
Esta historia nos habla del amor del Señor
Jesús y de la compasión que tiene por las personas. Jesús ve nuestra necesidad,
nuestro dolor, nuestras aflicciones por las que pasamos y se compadece de
nosotros. Cuando pasamos por alguna aflicción, podemos recordar cómo el Señor
fue con Marta y María en medio de su aflicción y las confortó, además hizo un
milagro para glorificar a Dios. Te imaginas a María y a Marta preguntándose por
qué el Señor no había ido cuando primero le dijeron, por qué se había tardado
cuatro días. Ambas le recriminaron al Señor: “si hubieras estado aquí, mi
hermano no habría muerto.” Jesús sabía lo que estaba pasando y tenía el control
(porque el es Dios y está en todas partes y tiene todo el poder), sin embargo,
tenía un propósito. La enfermedad de Lázaro eran para que Dios fuera
glorificado. Y así fue. Jesús dijo tal vez las palabras más atrevidas que
cualquier persona mentalmente sana puede decir: “Yo soy la resurrección y la
vida, el cree en mi aunque este muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en
mi, no morirá eternamente.” Este es la quinta de las declaraciones “Yo soy” de
Jesús. Hasta ahora hemos visto como en cada una dice “Yo soy” y hace algo para
probarlos. “Yo soy el pan de vida” y alimentó a una multitud. “Yo soy la luz
del mundo… y le dio vista a un ciego.” Ahora Jesús dice “yo soy la resurrección
y la vida,” y resucita a un muerto. Estas declaraciones nos dicen que
Jesucristo es quien dijo ser: Dios hecho carne. (Juan 1:14 “Aquel verbo se hizo
carne...”).
Toda persona que cree en el puede tener vida
eterna en El. Como vamos a ver mas adelante, no hay otro camino a Dios, no hay
otra forma de tener vida eterna en la presencia de Dios sino solo a través de
Jesucristo. ¿Tienes vida eterna? ¿Has creído en Jesucristo para tu salvación?
En Oración
Señor Jesús, yo creo que tu eres la
resurrección y la vida. Creo que tu lo has demostrado al resucitar a Lázaro de
los muertos, pero también al resucitar tu mismo de los muertos. Gracias porque
puedes glorificarte en mi vida. En tu nombre, amén.
No comments:
Post a Comment