En la Palabra
Lectura: Hechos 9 - 10
Lucas narra la conversión dramática de Saulo de Tarso, quien después
vendría a ser conocido como el apóstol Pablo. Este era un judío, fariseo quien
pidió cartas al sumo sacerdote para apresar a todos los “del camino.” Ya había aparecido brevemente en las
escrituras consintiendo en la muerte de Esteban. Ahora, en su camino a Damasco,
tiene un encuentro personal con Jesucristo resucitado y es convertido de un
perseguidor a un predicador. Pedro por su parte seguía haciendo milagros en
Lidia sanando a Eneas y en Jope, resucitando a Dorcas. Fue llamado por
Cornelio, un centurión Gentil quien era temeroso de Dios. Pedro tuvo que ser
enseñado por el Señor a través de una visión, que no debía excluir a ninguna
persona de la salvación en Cristo. Pedro entró en casa de un Gentil obedeciendo
al Señor, porque Dios no hace acepción de personas. Ahí les comenzó a predicar
de Jesucristo y su resurrección cuando los gentiles que estaban en casa de
Cornelio recibieron el Espíritu Santo. Pedro y los que estaban con el se
maravillaron y reconocieron la obra de Dios. Pedro los bautizó, y se quedó con
ellos por algunos días.
En la Práctica
Uno de los personajes más fascinantes en las Escrituras es sin duda Saulo
de Tarso, el celoso defensor de la religión quien perseguía a los cristianos
hasta que tuvo un encuentro personal y transformador con aquel a quien perseguía.
Saulo de Tarso sería conocido como Pablo el apóstol. En muchos sentidos podemos
identificarnos con esta historia. Era un
hombre determinado, con sus ideas propias (su religión), era sumamente osado y perseguía
con ira a los que habían dejado su religión para unirse al Camino. El momento
crucial, fue cuando este hombre, respirando amenazas y muerte contra los
discípulos del Señor, se encontró en el camino con una luz y una voz que le
preguntó: “¿por que me persigues?” ¿Te ha resplandecido esa luz del evangelio
en tu corazón? ¿Has oído la voz de Dios llamándote y diciéndote, “te amo,
quiero perdonarte y darte una nueva vida?”
La experiencia de salvación de Saulo fue radical. Las preguntas que Saulo
hizo son cruciales. Primero preguntó: “¿Quién eres Señor? El Señor se reveló a
Saulo diciendo “Yo soy Jesús a quien tú persigues. La segunda pregunta de Saulo
fue: ¿Qué quieres que yo haga?” Estas son las preguntas que cada persona
debemos hacernos cuando Dios nos busca. “Apenas se bautizó, comió algo, recobró
las fuerzas e inmediatamente predicaba en las sinagogas que Jesucristo era el
Hijo de Dios.” En lugar de meterse a las casas de los cristianos, se metía en
las sinagogas de los judíos. En lugar de
arrastrar a los cristianos para meterlos presos, argumentaba a los judíos para
dejarlos libres. Esta transformación dejo asombrados a todos los que lo
escuchaban. Con tu comportamiento puedes asombrar a los que te conocen. Le has
preguntado a Jesús: “¿Qué quieres que yo haga?
En Oración
Señor, gracias por recordarme que tú eres el Señor y me has llamado para
la gloria de tu Nombre. “¿qué quieres que haga? Por Jesucristo, amén.
No comments:
Post a Comment