Wednesday, November 21, 2012

¿Que Quieres que Yo Haga?




En la Palabra
Lectura: Hechos 9 - 10

Lucas narra la conversión dramática de Saulo de Tarso, quien después vendría a ser conocido como el apóstol Pablo. Este era un judío, fariseo quien pidió cartas al sumo sacerdote para apresar a todos los “del camino.”  Ya había aparecido brevemente en las escrituras consintiendo en la muerte de Esteban. Ahora, en su camino a Damasco, tiene un encuentro personal con Jesucristo resucitado y es convertido de un perseguidor a un predicador. Pedro por su parte seguía haciendo milagros en Lidia sanando a Eneas y en Jope, resucitando a Dorcas. Fue llamado por Cornelio, un centurión Gentil quien era temeroso de Dios. Pedro tuvo que ser enseñado por el Señor a través de una visión, que no debía excluir a ninguna persona de la salvación en Cristo. Pedro entró en casa de un Gentil obedeciendo al Señor, porque Dios no hace acepción de personas. Ahí les comenzó a predicar de Jesucristo y su resurrección cuando los gentiles que estaban en casa de Cornelio recibieron el Espíritu Santo. Pedro y los que estaban con el se maravillaron y reconocieron la obra de Dios. Pedro los bautizó, y se quedó con ellos por algunos días.

En la Práctica
Uno de los personajes más fascinantes en las Escrituras es sin duda Saulo de Tarso, el celoso defensor de la religión quien perseguía a los cristianos hasta que tuvo un encuentro personal y transformador con aquel a quien perseguía. Saulo de Tarso sería conocido como Pablo el apóstol. En muchos sentidos podemos identificarnos con esta historia.  Era un hombre determinado, con sus ideas propias (su religión), era sumamente osado y perseguía con ira a los que habían dejado su religión para unirse al Camino. El momento crucial, fue cuando este hombre, respirando amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, se encontró en el camino con una luz y una voz que le preguntó: “¿por que me persigues?” ¿Te ha resplandecido esa luz del evangelio en tu corazón? ¿Has oído la voz de Dios llamándote y diciéndote, “te amo, quiero perdonarte y darte una nueva vida?”
La experiencia de salvación de Saulo fue radical. Las preguntas que Saulo hizo son cruciales. Primero preguntó: “¿Quién eres Señor? El Señor se reveló a Saulo diciendo “Yo soy Jesús a quien tú persigues. La segunda pregunta de Saulo fue: ¿Qué quieres que yo haga?” Estas son las preguntas que cada persona debemos hacernos cuando Dios nos busca. “Apenas se bautizó, comió algo, recobró las fuerzas e inmediatamente predicaba en las sinagogas que Jesucristo era el Hijo de Dios.” En lugar de meterse a las casas de los cristianos, se metía en las sinagogas de los judíos.  En lugar de arrastrar a los cristianos para meterlos presos, argumentaba a los judíos para dejarlos libres. Esta transformación dejo asombrados a todos los que lo escuchaban. Con tu comportamiento puedes asombrar a los que te conocen. Le has preguntado a Jesús: “¿Qué quieres que yo haga?

En Oración
Señor, gracias por recordarme que tú eres el Señor y me has llamado para la gloria de tu Nombre. “¿qué quieres que haga? Por Jesucristo, amén.

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