Tuesday, November 20, 2012

El Día de Pentecostés



En la Palabra
Lectura: Hechos 1 – 3

Lucas declara que el Señor Jesús les pidió a sus discípulos que esperaran la promesa del Espíritu Santo que vendría sobre ellos. El Espíritu les daría poder la para la comisión que les encomendó de ser testigos de las cosas que Jesús hizo y enseñó. Jesús fue llevado al cielo mientras ellos lo veían, unos ángeles les dijeron que de la misma manera regresaría. Mientras estaban en Jerusalén en el día de la fiesta de Pentecostés (50 días después de la Pascua), el Espíritu Santo descendió en los 120 discípulos que estaban reunidos y comenzaron a hablar en otros idiomas. Las gentes de otras regiones que estaban ahí los escucharon en su propio idioma declarar las maravillas de Dios. Alguno se burlaban y algunos estaban asombrados. Pedro, lleno del Espíritu les declaró que lo que estaban atestiguando era el cumplimiento de la profecía de Joel y declaró que Jesucristo es el varón aprobado por Dios y quien es el Señor y el Cristo. La gente se dolió por su pecado, se arrepintieron y se bautizaron; aquel día se unieron a la iglesia como 3,000 personas. Estaban juntos y tenían en común todas las cosas. “…y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en la oraciones.” (2:42). Pedro, en el poder del Espíritu, comenzó a hacer milagros, como sanar a un cojo, además que enseñaba públicamente en el Templo y exhortaba a la gente que se arrepintiera de su maldad y reconocieran a Jesús como el Cristo.

En la Práctica
Lucas, el mismo que escribe el evangelio, continúa con un “segundo tratado” ahora escribiendo las cosas que sucedieron con los apóstoles, por ello este libro se llama los Hechos de los Apóstoles, aunque muchos eruditos dicen que debía llamarse “Los Hechos del Espíritu Santo.”
Pentecostés es una palabra que se traduce del griego que quiere decir 50, y se refiere a 50 días después que se celebraba la pascua. Al tercer día se ofrecía un manojo de cebada a Dios, ese manojo se conocía como la “primicia” primeros frutos de la cosecha.  Cuando Jesús resucitó el tercer día después de su crucifixión la Biblia nos dice que El es la primicia de los que murieron (1 Co.15:20).  Siete semanas después se ofrecían a Dios dos panes de flor de harina que representaban la siega de la cosecha final.   El día de Pentecostés nos habla de la cosecha, Jesús estableció en Hechos 1:8 que recibiríamos poder cuando llegara el Espíritu Santo y seriamos testigos de El.  El Espíritu Santo es derramado para que haya cosecha de almas.  Dios nos da poder para ser testigos. En Hechos 1:8 el Señor Jesús les dijo que recibirían poder cuando hubiera venido sobre ellos el Espíritu Santo y serán testigos en todas partes.
Estos hombres y mujeres fueron transformados por el poder del Espíritu Santo derramado en sus vidas. Es la promesa del Señor cumplida en ellos para un propósito específico. No era para presumir como la iglesia de Corintio, no era para abusar y comercializar como lo quiso hacer el mago Simón más adelante, era para ser testigos y compartir el mensaje de salvación con los perdidos. El ser bautizado en el Espíritu junto con el ser testigos de la resurrección cambió la vida de los discípulos. Pedro es el ejemplo natural en la narración, es un Pedro diferente que el día del arresto de Jesús. Su vida fue transformada, se convirtió en un testigo fiel y poderoso. ¿Te puedes identificar con Pedro antes o después de Pentecostés? Recuerda, si eres cristiano, tienes el poder del Espíritu Santo y Dios te manda llenarte cada día de El.

En Oración
Gracias Señor por tu promesa y por darme vida nueva y poder para ser testigo. Lléname de tu presencia con tu Espíritu, te lo pido en el Nombre de Jesús, amén.

No comments:

Post a Comment