Tuesday, November 13, 2012

El Espíritu Santo, nuestro Consolador

En la Palabra
Lectura: Juan 13 - 17

El Señor Jesús declara en el evangelio de Juan que el va al Padre y va a preparar lugar para nosotros. El es el camino, la verdad y la vida y nadie va al Padre sino es por Jesús. Jesús claramente le dijo a sus discípulos que cualquiera que lo ve a él, ve al Padre. Jesús enseñó que las obras que él hace, también los que creen en el las harían y aún mayores porque el va al Padre y todo lo que nosotros pidamos al Padre en su nombre él lo hará.  El Señor también se presenta como la vid verdadera, esté es otro de sus dichos “Yo soy.” El que permanece en él lleva mucho fruto. Este es el propósito por el cual el Señor nos ha elegido, para que llevemos mucho fruto. El mundo va a aborrecer a los que son de él, porque de la misma manera lo aborrecieron a él. Les dijo a sus discípulos que serían expulsados de sus lugares de culto y que la gente pensaría que estaba haciendo un bien, pero finalmente nuestra tristeza se convertiría en alegría porque Jesucristo ha vencido al mundo. El capítulo 17 relata la oración sacerdotal del Señor, Jesús intercede por sus discípulos, aún por los que habrían de creer en él.  Jesucristo fue enviado por el Padre para que de vida eterna a todos los que el Padre le dio. La vida eterna está en conocer al Padre y a Jesucristo a quien envió. Una de las característica que habla el Señor que haría que el mundo reconociera que Dios envió a Jesucristo al mundo es la unidad de su iglesia. En los capítulos 14 al 16 el Señor Jesús hace énfasis en el ministerio del Espíritu Santo en el creyente. Jesús prometió enviar su Espíritu para guiarnos, enseñarnos y estar en nosotros.

En la Práctica
¡Que seguridad más maravillosa tenemos en Jesús! Aunque físicamente Jesucristo no está en el mundo, ha dejado su Espíritu para que esté en nosotros. Jesús llama a su Espíritu “el Consolador.” Esta palabra literalmente significa, “llamar a lado.” Tiene la idea de un abogado que se para junto a la persona que va a representar, con la diferencia que Jesús prometió que el Espíritu haría habitación en el creyente. Hace unos días, pasó a la presencia del Señor la mamá de un miembro de la iglesia. Tuve la oportunidad de ir al lugar donde la mamá acababa de morir para acompañar y servir a la familia. En medio de la tristeza pude leer el pasaje de Juan 14:1 “No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas si no fuera así, ya se o habría dicho a ustedes . Voy a prepararles un lugar” (Juan 14:1-2). Estas palabras cobraron un significado maravilloso en ese momento, y dieron una paz, un consuelo y una seguridad tremenda a la familia. ¡Que precisos es saber que Jesucristo vino a dar vida eterna a todos los que el Padre le dio! No se va a perder ninguno. ¿Estas en las manos de Dios? ¿Tienes esa seguridad en tu vida? Lee Juan 1:10-13 y pregúntate si ha llegado ese momento en tu vida donde conscientemente has creído y recibido a Jesucristo como tu Salvador.
Creo también importante mencionar el hecho de que s somos hijos de Dios, necesitamos permanecer en Jesucristo para llevar fruto. El propósito del Señor Jesús en elegirnos es que permanezcamos en él y podamos llevar fruto. ¿Estás permaneciendo en El?

En Oración
Gracias Señor por tu Espíritu en nuestra vida. Gracias porque por medio de él podemos ser guiados por tus caminos, podemos ser enseñados en tu verdad y podemos ser consolados en nuestras dificultades y podemos hacer la obra que nos has encomendado. Bendito seas Dios, por Jesucristo, amén.

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