Una Historia para Recordar

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En la Palabra

Lectura: Deuteronomio 32-34, Salmo 91

En sus últimos días Moisés escribe lo que se conoce como el canto de Moisés; en el cual primeramente exalta a Dios diciendo: “Engrandeced a nuestro Dios, Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; es justo y recto” (32:3-4). Después describe la historia turbulenta de Israel al ser desobedientes a la Palabra de Dios al adorar otros dioses. Pero termina con un canto de alabanza por la victoria de Dios al hacer justicia y redimir a su pueblo.

El Señor hace subir a Moisés al monte Nebo para ver la tierra prometida y le dice que ahí va a morir por no haberle santificado delante de Israel cuando se quejaron por no tener agua en  Meriba. Desde la cima del monte Moisés bendice a cada una de las tribus de Israel y allí murió y el Señor lo sepulto. El pueblo hizo duelo por 30 días y Josué, lleno del espíritu de sabiduría y tomó el liderazgo en el pueblo.

En la Práctica

Hay una frase muy famosa que dice que el pueblo que se olvida de la historia, está condenado a repetirla. A través de este canto que debían aprender y de enseñar a sus descendientes, el propósito de Dios es que el pueblo de Israel recuerde que Jehová es su Dios y que merece toda adoración y lealtad. Es un excelente ejercicio para nosotros recordar nuestra historia, dónde estábamos cuando el Señor nos encontró y cómo con amor y paciencia nos ha guiado hasta el día de hoy. Podemos recordar cómo en nuestras caídas el nos ha reprendido pero también nos ha restaurado. Podemos recordar las grandes victorias que hemos experimentado. Tal vez hoy te encuentres en circunstancias difíciles, pasando un desierto terrible; recuerda que Dios llevó a Israel por el desierto para probarlo (Dt.8:2), pero el Señor mismo lo sostuvo y finalmente cumplió su propósito.

Pero no solo hay que recordar el pasado y ver al Señor guiándonos, ahora ve hacia el futuro y mira a dónde es Señor te quiere llevar.  Moisés alentó al pueblo bendiciendo a cada una de las tribus. El Salmo 91 dice del que confía en el Señor:

¹⁴ Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
    Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
 ¹⁵ Me invocará, y yo le responderé;
    Con él estaré yo en la angustia;
    Lo libraré y le glorificaré.
 ¹⁶ Lo saciaré de larga vida,
    Y le mostraré mi salvación.

En Oración

Señor tu has sido fiel y me has guiado por tu camino, has tenido paciencia y me has mostrado tu amor. Cuando he clamado a ti, tu me has respondido, cuando he seguido tu consejo tu me has llenado de bendición; Señor bendito seas por siempre, en Jesucristo, así sea.