La Cura para la Avaricia

To translate copy text and paste it in: http://translate.google.com/

Para ver las predicas del pastor Alex: http://apexbaptist.org/#/en-espaol/videos

En la Palabra

Lectura: Deuteronomio 14-16

Dios demanda santidad. La gerente del pueblo no debía hacerse marcas en el cuerpo porque es el pueblo santo escogido por Dios. La santidad incluye aun los alimentos que podían comer. Había alimentos considerados inmundos. La santidad también tenía que ver con los diezmos que “indefectiblemente” (no se puede evitar) pertenecen a Dios.

El Señor también tiene leyes acerca del uso de las finanzas. Los israelitas debían perdonar las deudas de sus hermanos cada siete años. Ya que Dios les bendecía económicamente, debían estar dispuestos a prestar dinero al necesitado. No debía haber pobres entre ellos.

Moisés les recuerda las fiestas solemnes, la pascua y los panes sin levaduras; en Pentecostés ninguno podría presentarse con manos vacías y la fiesta de los tabernáculos.

Dios demanda que los jueces y oficiales sean justos; “No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos.”

En la Práctica

Que interesante que Dios tiene leyes que rigen las cuestiones financieras para ayudar a los pobres en el pueblo de Israel. ¡Que clase de fe debían mostrar los israelitas para prestar sin un corazón mezquino! “Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas.” (15:10)

Debían estar dispuestos a perdonar las deudas cada siete años; la razón es que Dios era el que suplía toda necesidad. ¿Por qué se nos hace rara esta ley? Será porque hemos hecho del dinero un dios. He visto gente que no da al Señor, no tiene un corazón agradecido y todavía se enoja porque se habla de ofrendar. ¿por qué se enoja si no va a dar? La razón, avaricia. La única cura para la avaricia es dar.

En Oración

Gracias Señor porque tu tienes cuidado de nosotros y prometes proveer y bendecirnos en todo lo que hagamos cuando tenemos un corazón dadivoso. Bendito seas por tu provisión. Por Jesucristo, asía sea.