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En la Palabra
Lectura: Deuteronomio 3-4
Dios entregó a Israel la tierra de a Og rey de Basán. Israel conquistó 60 ciudades aunque estaban amuralladas y Og era un gigante.
Moisés animó a Josué, quien sería su sucesor con estas palabras: “Ordené también a Josué en aquel tiempo, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho a aquellos dos reyes; así hará Jehová a todos los reinos a los cuales pasarás tú. No los temáis; porque Jehová vuestro Dios, él es el que pelea por vosotros.” (Deu. 3:21-22)
Aunque Moisés oró al Señor pidiéndole que le permitiera entrar a la tierra prometida, el Señor le dijo: “¡No!”
El mandamiento de Moisés para Israel al entrar en la tierra prometida fue que guardaran todos los estatutos y decretos que Jehová les daba. Ellos habían visto lo que pasó con aquellos que fueron seducidos por las mujeres madianitas en Baal-peor y la mortandad que vino por su infidelidad a Dios.
Ellos también debían enseñar a sus hijos que el pueblo de Israel experimentó la presencia de Dios cuando descendió en el monte Sinaí para hacer un pacto con ellos. Lo que Moisés resalta aquí es que Dios no se mostró en alguna figura y por ello los israelitas no debían hacer ninguna representación de Dios con algún objeto, ya fuera de persona, animal o cualquier otra cosa.
En resumen Moisés le dijo al pueblo: “Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro. Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre” (4:39-40)
En la Práctica
Así como Josué fue animado por Moisés, cada uno de nosotros podemos ser animados con la Palabra de Dios. Este día Dios nos recuerda que el hace grandes cosas en su pueblo y lo único que pide es que confiemos en la Palabra de Dios y hagamos lo que Él nos manda. Dios es el que nos da la victoria. ¿Qué batalla estas peleando en estos días? ¡Puedes enfrentarla con fe; el Señor pelea por ti!
Dios nos pide que como testigos de lo que Dios ha hecho en nuestra vida y cómo Él os ha librado de la esclavitud al pecado, ahora instruyamos a nuestros hijos para que ellos no se olviden del Señor. ¡Estamos a una generación de que nuestra descendencia se olvide del Señor! Si nosotros ni enseñamos a nuestros hijos; ¿quién va a enseñar a nuestros nietos? No hay nadie que sea digno de adoración sino solo Jehová el Señor.
En Oración
Señor, gracias por la confianza que me das al saber que tu eres el que me das la victoria en las batallas que tengo que enfrentar cada día. Eres digno de toda adoración, recibe mi alabanza en el nombre de Jesús, amén.
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