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En la Palabra
Lectura: Números 26-27
Dios le pidió a Moisés y al sacerdote Eleazar que hicieran nuevo censo, contarían el numero de varones del pueblo de Israel por cada tribu. Este fue el resultado: de Rubén 43,630; de Simeón 22,200; de Gad 40,500; de Judá 76,500; de Isacar 64,300; de Zabulón 60,500; de Manasés 52,500; de Efraín 32,500; de Benjamin 45,600; de Dan 64,500; de Aser 53,400; de Neftalí 45,400: En total 601,730 y finalmente también contó a los Levi que fueron 23,000. A ellos no los consideró en el total con las otras tribus porque no recibirían herencia en la tierra prometida. Su herencia era el Señor mismo. Toda la generación que se reveló contra Dios en Cadés murieron y solo Josué y Caleb sobrevivieron.
Moisés también tuvo que legislar un caso de la familia de Zelofehad quien no tuvo hijos varones y la herencia la pidieron las hijas. El Señor contestó a Moisés que se le daría la herencia a las hijas o algún familiar en orden de cercanía.
Dios le dice a Moisés que subiera al monte para ver la tierra prometida porque el no entraría en ella. Moisés le pide a Jehová que ponga un sucesor y que lo llene del Espíritu para que pueda llevar al pueblo. Dios eligió a Josué y le dijo a Moisés que lo llevara delante del pueblo y que el sacerdote Eleazar para darle el cargo en presencia de ellos para que todos le obedecieran. Moisés hizo como Dios le dijo y puso sus manos sobre Josué y le dio el cargo de ser el líder de Israel y quien los llevaría a la tierra prometida.
En la Práctica
Este pasaje relata el final de los 40 años de vagar por el desierto. Toda la generación de los incrédulos que se rebelaron contra Dios cuando les ordenó entrar y poseer la tierra habían muerto. Dios le pidió a Moisés y Eleazar hacer un censo, los totales servirían para asignar la cantidad de tierra que cada tribu recibiría de acuerdo a su tamaño.
La Palabra de Dios enseña que Dios siempre suple lo que nos falta de acuerdo a sus riquezas en gloria. Es una bendición saber que cuando obedecemos a Dios, el cumple sus promesas y El es nuestro proveedor y sustentador. Dios sabe de lo que tenemos necesidad y lo suple (Fil. 4:19, Mat. 6:25-34).
Que interesante es notar, las veces que se refiere a aquellos que pecaron y murieron, especialmente hace referencia a Nadab y Abiú quienes presentaron fuego extraño ante Jehová. También menciona a Coré, Natán, Abirán y a los 250 líderes que se rebelaron contra el liderazgo de Moisés. Igualmente menciona a los hijos de Judá, Er quien fue malo y el Señor le quito la vida y Onán quien hizo lo malo ante Dios en cuanto a la descendencia de su hermano.
¡Que tremendo! El pecado siempre alcanza, aunque por un tiempo uno pueda correr, las consecuencias siempre alcanzan.
Otra enseñanza que podemos aprender de este pasaje es que Dios es quien elige a sus líderes. Los hombres no se ponen solos como líderes para el pueblo de Dios. Claramente el Señor le dijo que Josué sería el que iba a tener el cargo de llevar al pueblo a la tierra prometida. El llevarlo delante del pueblo y que Eleazar estuviera ahí confirmaría la elección de Dios y que todos debían seguir a Josué.
En Oración
Gracias por tus promesas de provisión y por ser un Dios justo y por darnos tu Espíritu Santo para que sea nuestro guía. En Jesucristo, Así sea.
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