Participando o Desanimando

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En la Palabra

Números 31- 32

Dios ordenó a Moisés pelear contra Madián como venganza por haber hecho sido tropiezo para Israel adorando a sus ídolos y cometiendo inmoralidad sexual con sus mujeres. Moisés envió a Finees el hijo del sacerdote Eleazar a la guerra con los vasos del santuario y con trompetas. Mandó también 12,000 soldados, 1,000 de cada tribu. Israel derrotó a Madián, mataron a cinco de sus reyes además de a Balaam pero dejaron vivas a las mujeres. Moisés se molestó porque fueron las mujeres quienes por consejo de Balaam hicieron que Israel pecara contra Dios. A las mujeres vírgenes las dejaron con vida y a todas las demás las mataron. Además el Señor le ordenó a Moisés que el botín lo repartieran entre los que fueron a la guerra y los que se quedaron. Moisés y Eleazar hicieron todo como el Señor se los mandó. (31:31)

Las tribus de Rubén, Gad y una mitad de la tribu de Manasés pidieron a Moisés quedarse en las tierras al oriente del Jordán y no recibir herencia en la tierra prometida.  Moisés les preguntó si iban a dejar combatir solos al resto del pueblo mientras ello se quedaban en esa tierra. Eso iba a desanimar al pueblo y eso fue lo que sucedió 40 años antes cuando los espías desanimaron al pueblo. Sin embargo ellos prometieron ir a pelear con el resto del pueblo y no regresar hasta que completaran la tarea. Moisés les dio a conocer que si no cumplían con su parte del acuerdo, su pecado los alcanzaría. Así Moisés les entrego esas tierra.

En la Práctica

¡Que difícil es tener que enfrentar batallas para poseer las promesas de Dios, pero que fácil es desanimarse!

Estos pasajes nos dan esta lección. El pueblo fue y peleó contra Madián y Dios los entregó en su mano. Una vez que habían ganado, era fácil conformarse sin embargo tenía mucha tierra que conquistar. De hecho parece que Rubén, Gad y Manasés ya no querían seguir adelante, se conformaban con la tierra al oriente del Jordán. Estaban cerca pero no estaban donde debían estar. Solo porque juraron pelear con el resto del pueblo que Moisés les permitió quedarse ahí.

¿Te has sentido desanimado cuando algunos en tu casa, en tu iglesia no hacen la parte de la labor que les corresponde? ¿Tu has dejado de hacer la parte que te corresponde? Cuesta mucho lograr la victoria como para conformarte después de ella. Tu participación como miembro de tu familia ánima a los demás, tu participación como miembro de tu iglesia anima a los hermanos; pero tu conformidad contagia desanimo. “No te conformes a este mundo” (Rom.12:1).

¡Cumple tu parte del llamado de dios para ti!

En Oración

Señor, gracias por las victorias que has conquistado en mi vida. Me has enseñado que no por una victoria me debo conformar, sino que necesito seguir haciendo la obra a la que me has llamado hasta que se concluya. Pro Jesucristo, mi Señor, amén.