Jesús es mi Refugio

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En la Palabra

Lectura: Números 35-36

Dios instruye a Moisés acerca de las ciudades que se les entregarían a los levitas. En total debían ser 42 ciudades juntamente con sus tierras de ganado y cultivo. De estas ciudades seis serían designadas como ciudades de refugio. Tres ciudades en la tierra de Canaán y tres al otro lado del Jordán, es decir, en el territorio que se les entregó a Rubén, Gad y la media tribu de Manasés. Estas ciudades de refugio servirían para que una si alguna persona accidentalmente hubiere matado a alguien pudiera ir a alguna de estas ciudades y quedara protegido contra la venganza de los familiares del que murió. Sin embargo, los ancianos de la ciudad debían protegerlo hasta que fuera juzgado. La persona refugiada debía permanecer  en la ciudad y no salir de ella, si lo hacía, el vengador podría darle muerte. Algo interesante es que cuando el sumo sacerdote moría, la persona quedaba libre para salir de la ciudad.

En la Práctica

¿Qué podemos aprender de estas ciudades de refugio? A simple vista parece que estas leyes no tienen aplicación para nosotros; sin embargo recordemos que en el Nuevo Testamento se dice: “¹¹ Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.” 1 Corintios 10:11 y Romanos 15:4 también habla de que lo que se escribió en el Antiguo Testamento es para nuestra enseñanza. Igualmente el apóstol Pablo dice que “Toda la escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar…” (2 Tim 3:16) 

Personalmente no me aplicar simbolismos al menos que la Palabra de Dios interprete su significado (Ejemplo: El velo del templo que se rasgó en dos en la muerte de Cristo. La interpretación de ese símbolo es que con la muerte de Cristo ahora tenemos acceso libre a la presencia de Dios. El libro de Hebreos lo interpreta. Heb. 10:19-21).

En el caso de las ciudades de refugio no se nos dice expresamente en la Biblia que eran un símbolo de Jesucristo, pero nos hablan de la misericordia y la gracia de Dios.

La Biblia dice que todos somos pecadores y que la paga del pecado es la muerte. (Rom.3:23, 6:23) El vengador, el pecado, esta tras de todos nosotros para darnos muerte. Sin embargo, todo aquel que se refugia en el Sumo Sacerdote, Jesucristo, y confía en el perfecto sacrificio que ofreció por todos queda en libertad, la muerte eterna no tiene mas poder sobre ella. Al morir el sumo sacerdote el refugiado quedaba libre. Al morir Jesucristo en la cruz y resucitar, hizo libres a los que se refugian en El.

Las ciudades de refugio estaban disponibles para todos, israelitas o no. Eran ciudades que estaban localizadas en lugares estratégicos y en alto para que todos pudieran verlas y llegar a ellas.

¡Que impresionante imagen de la gracia de Dios para cada uno de nosotros!

En Oración

Gracias por recordarme de tu amor y misericordia. Señor no quiero olvidarme de que cada día necesito de esa gracia en mi vida porque separado de ti, nada puedo hacer. Por Jesucristo tu Hijo, amén.