Lectura: Mateo 4, Lucas 4 - 5
Después de su bautismo el Señor Jesús fue
llevado por el Espíritu al desierto y ahí soportó la tentación del diablo. El
Señor se defendió con la Palabra de Dios en las tres ocasiones; sin embargo el
diablo también utilizó la Palabra de Dios para tentarlo. Jesucristo fue a
Nazaret y ahí leyó el libro del profeta Isaías donde se profetiza que el Mesías
(el ungido de Dios) venía a liberar a los cautivos y a predicar las buenas
nuevas. El Señor Jesús declara que esa escritura se estaba cumpliendo delante
de los que estaban ahí. El Señor
continuó su ministerio llamando algunas personas para que estuvieran con él,
entre los cuales estaba Pedro, Andrés, Jacobo y Juan, a los que se les llamó
discípulos. Jesús comenzó al ir predicando el evangelio también iba haciendo
milagros. En Lucas 5 se narra uno de los llamados más dramáticos en las
Escrituras; el llamamiento de Pedro.
En la Práctica
Hay varias enseñazas prácticas: Primero la tentación; el Señor Jesús fue tentado en las
mismas tres áreas que Adán y Eva; los deseos de los ojos, los deseos de la
carne y la vanagloria de la vida. ¿Puedes identificar cada uno? A diferencia de
la tentación en Génesis 3, el Señor Jesús no le añadió ni le quitó a la Palabra
de Dios, siempre dijo: “escrito está…” El diablo es tan astuto que inclusive
utilizaba la Palabra de Dios citándola fuera de contexto para hacer tropezar al
Señor. El apóstol Pedro dice que hay algunos maestros indoctos (no tienen
doctrina) e inconstantes (literalmente “no están firmes - en
conocimiento” o “ignorantes”) tuercen
para su propia perdición. Es muy importante que todo cristiano conozca la
Palabra de Dios y la estudie para que no sea fácilmente engañado. Segundo: El
mismo Señor Jesús se presenta como el cumplimiento de la profecía de Isaías 61.
El vino a quitar el pecado del mundo y a darnos libertad a todos los que
estábamos esclavizados al pecado. ¿Has sido perdonado y librado del pecado?
Finalmente el llamamiento de Pedro es algo impresionante. El Señor subió a la
barca de Pedro y le dijo que fueran a lo profundo y echara la red, Pedro le
dijo que pasó toda la noche pescando y no atrapó nada; pero dijo “pero si tu lo
dices.” Cuando Pedro obedeció, inmediatamente la red se llenó de peces. Pedro
se dio cuenta que estaba ante Jesús el Cristo (el Hijo de Dios) y sintió la
carga de su pecado, se dio cuenta de su condición y le pidió al Señor que se
alejara de él porque, dijo Pedro: “soy hombre pecador.” La respuesta de Jesús
es maravillosa: “No temas, desde hoy serás pescador de hombres.” El Señor llamó
a Pedro para que fuera su seguidor. Este llamado el Señor lo hace a toda
persona, pero es necesario que reconozcas tu pecado y, así como Pedro,
confieses y te humilles ante el Señor. Dios tiene un plan maravilloso para ti,
quiere perdonar tus pecados y darte una vida nueva. ¿Estas dispuesto a
experimentar esta vida nueva?’
En Oración
Gracias, oh Dios, por tus enseñanzas
maravillosas de salvación, como en el caso del apóstol Pedro. Gracias porque
con la Palabra de Verdad (bien utilizada) podemos hacer frente a la tentación y
al engaño del enemigo. ¡Guárdanos Señor para tu Gloria! En el nombre de Jesús,
amén
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