En la
Palabra
Lectura: Mateo 8, Marcos 2
Mateo narra cómo un hombre que estaba enfermo
de lepra se acercó al Señor Jesús y le dijo: “si quieres, puedes limpiarme
(sanar)…Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; se limpio...”
(8:2-3). El Señor también sanó al siervo de un centurión que reconoció no ser
digno de que Jesús fuera a su casa pero que creía que con solo la orden su hijo
sanaría; y así fue. El Señor Jesús exclamó: “…ni aun en Israel he hallado tanta
fe.” Igualmente el Señor saneo a la suegra de Pedro con solo tocarla en la
mano. Todas estas sanidades las hizo cumpliendo lo que dijo el profeta: “El
mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.” (Mat. 8:17
citando Isa. 53:4). Además de tener poder sobre la enfermedad, el Señor Jesús
tiene poder sobre la naturaleza lo cual demostró calmando una tormenta. No solo
tiene poder para sanar, o sobre la naturaleza sino que también sobre el mundo
espiritual de maldad, es decir, sobre los demonios. El Señor liberó de posesión
demoníaca a un hombre de la región de Gadara (el endemoniado Gadareno).
Marcos (capitulo 2) narra que Jesús perdonó
los pecados a un paralítico quien pudo caminar. Este paralítico fue traído por
sus amigos a encontrase con Jesús. El Señor tiene poder sobre el pecado. Jesús llamó a un hombre que era
considerado un traidor, por cobrar impuestos para Roma, quien oprimía a los
israelitas. Jesús fue a comer a su casa y otros publicanos vinieron también lo
cual causó critica de los religiosos. Jesús dijo: “los sanos no tienen
necesidad de médico sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a
los pecadores.” (Mc.2:17). El Señor también enseñó sobre el ayuno y el día de
reposo.
En la
Práctica
El motivo por el cual el Señor Jesús vino es
para buscar y salvar lo que se había perdido. El hombre leproso en su necesidad
fue a buscar a Jesús para ser sanado. La lepra en la Biblia se usa en ocasiones
como un símbolo de pecado. ¿Te imaginas que pasaría si todo aquel que no ha
pasado por la sangre de Jesús de pronto se llenara de lepra? ¿Tu crees que
buscarían a Jesús? El problema del ser humano es que no quiere reconocer el
pecado en la vida. La misericordia y el amor de Dios es tan maravilloso que
cuando este hombre le dijo al Señor; “si quieres, puedes limpiarme” el Señor de
inmediato le dijo “quiero” y lo sanó. Este hombre no tuvo que hacer nada, no
tuvo que cumplir con ritos de, con mandas, o sacrificios. El perdón no se gana,
Dios lo da por la fe en su Hijo. El centurión mostró su fe en el Señor Jesús
confiando en que solo con su Palabra quedaría sano. Imagina que es tu hijo que
está muriendo; ¿preferirías que Jesús fuera contigo o que solo dijera la
Palabra? En el tercer caso, los amigos del paralítico creyeron que Jesús lo
podía sanar y por ello lo llevaron a Jesús. Cada uno de nosotros conocemos de
personas que necesitan a Jesús; ¿tienes la fe suficiente de llevarlos a Jesús?
En Oración
Señor, que maravilloso es tu amor, tu
misericordia, tu poder y autoridad. Puedo confiar en ti. Guíame a hacer tu
voluntad, por Jesucristo amén.
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