Wednesday, October 31, 2012

El Hijo Pródigo



En la Palabra
Lectura: Lucas 14 - 15

Jesús enseñó que no hay que buscar los primeros lugares porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido. Contó la historia del gran banquete donde el que hizo la cena invitó a muchos pero ninguno fue porque tenían muchas ocupaciones. Jesús también habló del costo de seguirle y dijo que hay que estar dispuesto a dejar aun la lealtad a nuestros seres queridos cuando ellos no quieren nada con Dios. El capitulo 15 es el capitulo del gozo por recobrar lo perdido. Un hombre que deja 99 ovejas para buscar una, y cuando la encuentra se goza. Una mujer que pierde una moneda y la busca diligentemente, cuando la encuentra invita a sus vecinos a regocijarse con ella, finalmente la maravillosa historia del hijo pródigo que pidió su parte de la herencia, se fue y lo gasto en borrachera, inmoralidad y al estar en la condición mas miserable, volvió a casa de su padre donde fue recibido con alegría, se le dio un vestido nuevo, un anillo y se hizo una fiesta. Sin embargo la actitud del hermano mayor es condenada por el padre porque en lugar de gozarse por recobrar a su hermano, se enojó porque el se consideraba bueno.

En la Práctica
Las historias del gran banquete y del hijo pródigo tienen una enseñanza para el pueblo de Israel. En el caso del gran banquete, los israelitas desprecian la invitación del Señor por su religiosidad y por ello el Señor invita al pueblo Gentil a gozarse del banquete. Sin embargo, también tiene una aplicación práctica para los cristianos. El Señor nos invita a servir en las cosas que tienen valor eterno y muchos estamos ocupados en las cosas temporales despreciando la invitación del Señor. Igualmente, para los no creyentes, el Señor los invita al banquete de salvación, pero están tan ocupados en su vida pecaminosa que desprecian el sacrificio de Jesucristo en la cruz. Tristemente esta actitud tiene consecuencias terribles en la eternidad. Por otro lado, la historia del hijo pródigo es una bella historia, que es la historia de cada uno de los pecadores que nos hemos arrepentido. Nos apartamos de Dios, nos vamos por nuestro propio camino, gastamos nuestra vida en todo lo que no es valioso y nos deja grandes heridas emocionales pero un día encontramos el amor de Dios que nos restaura. En esta historia, sin embargo, el Señor quería resaltar no tanto la actitud del hijo menor (gentiles) sino la actitud del hijo mayor (Israel) quien en lugar de gozarse por la salvación de los gentiles, se enojó contra el propósito del Padre. Como cristianos, a veces somos como el hijo mayor, cuando un hermano cae, se le critica en lugar de restaurarlo. El Señor Jesús vino a buscar y salvar lo que se había perdido. Debemos aprender del corazón de Jesús para buscar y gozarnos con aquellos que se arrepienten y encuentran salvación.

En Oración
Padre, gracias por tu amor porque aún que estaba perdido, tuviste misericordia. En el nombre de Jesús, amén.

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