En la
Palabra
Lectura: Lucas 12 - 13
Cuídense de la levadura de los fariseos, es
decir de la hipocresía. Dios sacará todo a la luz, por eso NO se debe temer no
a los hombres, sino a Dios. El Señor también enseñó una gran lección acerca de
la riqueza. “Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no
consiste en la abundancia de los bienes que posee…así es el que hace par si
tesoro, no es rico para con Dios” (12:15, 21). El Señor conoce nuestra
necesidad y suplirá de acuerdo a su gracia; aún conoce el numero de nuestros
cabellos. También nos enseña acerca de la importancia de vivir diligentemente
porque en cualquier momento puede regresar el Señor Jesús y debemos ser siervos
prudentes que cuanto regrese nos encuentra haciendo su voluntad. El Señor Jesús
puede llegar a ser causa de división aun en una misma familia. Otra enseñanza
reveladora es la parábola de la higuera estéril. Un hombre plantó una higuera y
por tres años venía para tomar el fruto, pero como no tenía le dijo al viñador que la cortara. El
viñador pidió que se le diera un año mas para que diera fruto.
En la
Práctica
Una de los pretextos que seguramente has
escuchado por lo que la gente no va a la iglesia es porque “esta llena de
hipócritas.” Quizás nuestras iglesias están llenas de fariseos, que pasamos
poniendo cargas pesadas a las personas de todo lo que no deben hacer, de todo
lo que no deben vestir, de todo lo que no deben comer, de todo lo que no deben
escuchar, de todo lo que no deben ver, de todo los lugares a donde no deben ir
y se nos olvida que el cristianismo no es una serie de reglas, es una relación
personal con Jesucristo que nos lleva a vivir en santidad, no en religiosidad.
De lo que si debemos guardarnos es de la avaricia y actualmente en muchas
iglesias se le pone mucho énfasis a las reglas de los hombres y diciendo que
Dios quiere prosperar. ¿Podremos vivir como siervos prudentes, velando y
haciendo la voluntad de nuestro Señor sin abusar de los siervos? Si
analizáramos nuestra vida para ver cuál es el fruto que estamos produciendo;
¿estaríamos satisfechos? La parábola de la higuera estéril, aunque creo que se
debe aplicar al pueblo de Israel, podemos también aprender de ella porque en
Juan 15 el Señor Jesús dijo que nos escogió para dar mucho fruto y que nuestro
fruto permanezca. ¡Que el Señor nos de sabiduría como hijos suyos para vivir de
una manera diligente, dando mucho fruto!
En Oración
Señor gracias por tus enseñanzas y por tu
propósito para mi vida. Ayúdame a ver si vivo diligentemente como cristiano o
vivo como un fariseo. En el nombré de Jesús, amén.
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