En la
Palabra
Lectura: Mateo 5 - 7
Estos capítulos contienen las enseñanzas más
significativas que el mundo ha escuchado en toda la historia. El Señor Jesús
sube a la ladera de un monte, se sienta y desde ahí comienza a enseñar a todos
los que los siguen. El Señor comienza con 9 bienaventuranzas, hablando de
aquellos que son felices y dichosos. La luz del mundo y las sal de la tierra
somos los que seguimos sus enseñanzas. El Señor también habla de algo hasta
entonces inaudito (nunca se había escuchado), amar a tus enemigos, orar por los
que te persiguen, hacer bien a los que te insultan. Nos enseña también a cómo
tratar con el pecado y acerca del divorcio. También nos habla de nuestros
deberes hacia Dios, como lo es la oración, el ayuno y las nuestras ofrendas. El
Señor dedica una buena parte del capítulo 6 hablando de las posesiones y las
riquezas y concluye diciendo: “buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia y todas estas cosas (alimento, techo y vestido) os serán añadidas”
(6:33). Jesucristo nos enseña a nos juzgar a los demás porque con la misma
medida que juzguemos seremos también juzgados. No habla de la importancia de la
insistencia en buscar, tocar y llamar haciendo un contraste, si los hombres dan
buenas cosas a sus hijos cuando les piden, cuánto mas Dios nos dará buenas cosas
a los que le pidan. Una de las enseñanzas que muchas veces se pasa por alto es
la de la puerta estrecha, el camino a la vida es estrecho pero el camino a la
perdición es amplio y muchos son los que van por ese camino. El Señor termina
su Sermón con una invitación, el que oye su palabra y la hace es un hombre
prudente que construye su casa sobre la roca y cuando vengan las lluvias, los
vientos y los ríos y peguen con fuerza sobre la casa, va a permanecer porque
está fundada sobre la roca. Pero el que oye su palabra y no la hace es un
hombre insensato que construye su casa sobre la arena, cuando vengan los ríos,
lluvias y vientos, la casa va a caer y será grande su ruina.
En la
Práctica
¡Qué mensaje más maravilloso! Las
bienaventuranzas nos hablan de los anhelos mas íntimos del hombre, encontrar la
verdadera felicidad. Jesucristo dice que la felicidad se encuentra las
cualidades descritas en las bienaventuranzas. Las tres primeras tienen que ver
con la relación del hombre con Dios. Para poder entrare en una correcta
relación con Dios es necesario, reconocer nuestra pobreza espiritual, llorar
por nuestra condición de pecado y ser humilde, es decir someter nuestra
voluntad al Señor. Las siguientes tres bienaventuranzas tienen que ver con la
condición interna del hombre: Un nuevo deseo (hambre y sed de justicia – parece
que el deseo del hombre es solo maldad), una nueva dirección y una nueva
disposición, de ser misericordioso y poder perdonar; y finalmente una nueva
devoción, anhelar a Dios y conservar un corazón limpio. Las últimas tres
bienaventuranzas tienen que ver con la relación exterior del hombre; eliminar
conflictos y las ultimas dos tienen que ver con ser perseguidos por causa de la
verdad. ¿Eres feliz? Estas características pueden estar en tu vida. Una correcta
relación con Dios, una motivación correcta en tu corazón y una deseo de paz y
verdad que puede generar persecución. Sería muy largo hablar de todo lo que
enseña el Señor en el Sermón del Monte, pero la pregunta más importante es:
¿Estas escuchando y haciendo la Palabra del Señor? Si lo estás haciendo, eres
bienaventurado y tu vida y tu hogar están siendo edificados sobre un fundamento
firme y eterno.
En Oración
Oh Señor, son tantas tus bendiciones que como
dice el Salmista, si me pusiere a contarlas, no hay tiempo para terminar.
Gracias por tu Salvación y por dar propósito y sentido a la vida, por
Jesucristo, amén.
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