Lectura: Nehemías 11 – 13, Salmo 126
Nehemías hace un recuento de las familias que regresaron a habitar
Judá haciendo mención a aquellos que habitaron Jerusalén de las tribus de Judá,
Benjamín y los levitas quienes tenían asignadas sus labores de alabanza, acción
de gracia, oración, los porteros, los guardias, los sacerdotes y los servidores
del templo. Nehemías convocó al pueblo para la dedicación del muro . Los
cantores, levitas, sacerdotes se purificaron y también al pueblo y luego con dos
grandes coros sobre el muro cantaron alabanzas al Señor con los instrumentos
musicales que había hecho el rey David y dedicado para la alabanza del Señor.
Nehemías dice que tuvo él que regresar a Babilonia a unos asuntos con el rey,
en ese tiempo el sacerdote Eliasib preparó una habitación en la casa de Dios
para su amigo Tobías. Los levitas comenzaron a irse de Jerusalén a sus tierras
en Judá. Cuando regresó Nehemías y vio lo que sucedía hizo reformas, Tobías fue
echado de la habitación en la casa de Dios. Reprendió a los oficiales e hizo
que el pueblo participara con los diezmos y puso administradores para que
repartieran a sus hermanos lo levitas. También hizo que cesara el comercio en
el día de reposo e hizo que el pueblo no se mezclara con otras naciones por el
peligro de ser arrastrados a la idolatría.
El Salmo 126 es un canto de alabanza declarando las maravillas de Dios
que hizo regresar a su pueblo del cautiverio. Las naciones reconocerían que
Dios hizo grandes cosas con su pueblo y aunque sembraron con lagrimas
cosecharon con alegría.
En la Práctica
Nehemías era un hombre con una capacidad de
liderazgo impresionante. Algunas de sus características las hemos visto durante
la narración del libro. Era un hombre con un corazón para Dios, era un hombre de
oración, era un hombre con visión, un hombre que sabría organizar al pueblo, era
un hombre con celo de la Palabra de Dios, era un hombre con discernimiento y
cuando tuvo que enfrentar enemigos lo hizo con firmeza, al igual que purificar
la casa de Dios haciendo reformas y asegurándose que fueran cumplidas, todo eso
lo hizo diciendo “acuérdate de mi oh Dios.”
Tenemos mucho que aprender de Nehemías, que Dios nos
de sabiduría y gracia para que nuestro corazón sea para Dios.
En Oración
Señor, gracias por este ejemplo de tu siervo Nehemías. Tu Palabra dice
que podemos pedir a ti sabiduría y eso es lo que pido, que me des un corazón
entendido de tu voluntad y que sea sabio para hacerla, te lo pido por
Jesucristo, amén.
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