Lo que Siembras, Cosechas

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En la Palabra

Lectura: Génesis 48-50

Jacob haciendo un esfuerzo se levantó de la cama para bendecir a los hijos de José adoptándolos como suyos. Una vez mas se repite la historia de que el menor de ellos, Efraín, recibe la bendición que le correspondía a Manasés. Aunque José quiso corregirlo porque Jacob ya no veía bien, Jacob dijo que así debía ser, que la descendencia de Efraín sería mas grande que la de su hermano.

Antes de morir, Jacob mandó llamar a sus hijos y los bendijo. El hijo mayor, Rubén aunque era el principio de la fortaleza y del vigor de Jacob, no sería el principal. Con Simeón y Leví no entraría en su consejo, sin embargo a Judá lo alabarían y el centro nunca sería quitado de Judá. Y así habló proféticamente sobre cada uno de sus hijos. Cuando murió lo llevaron a enterrar en Macpela en Canaán donde también estaba sepultado Abraham y Sara (sus abuelos), Isaac y Rebeca (sus padres), y Lea (su esposa).

Una vez que murió Jacob, los hermanos de José temieron que se fuera a vengar de ellos y matarlos, pero José les confirmó repitiéndoles que aunque ellos lo pensaron para mal, Dios lo hizo para bien (50:20-21).

José murió a los 110 años y fue embalsamado y puesto en un ataúd en Egipto.

En la Práctica

Cuando Jacob bendice a sus hijos, nos deja ver un aspecto en que muy pocas veces pensamos. La ley de la siembra y la cosecha. “No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.” (Gálatas 6:7-8 NVI)

Rubén no recibió la bendición de primogénito porque muchos años antes cometió incesto, acostándose con una de las mujeres de Jacob (Gen.35:22). Tal vez Rubén ya lo había olvidado, pero al momento de la bendición su pecado lo alcanzó.

Simeón y Leví, engañaron al pueblo de Siquem y mataron a todos los hombres vengando la vergüenza de su hermana Dina.

En cambio, Jacob pronuncia una profecía para Judá a quien dijo que sería alabado por su hermanos y que el centro (realeza) no se quitaría de Judá. Más adelante en la historia del pueblo de Israel, vemos que el rey conforme al corazón de Dios es David quien era de la tribu de Judá. Aunque Israel fue dividido en Israel y Judá, solo los reyes de Judá surgieron de una sola descendencia. Y lo más maravilloso, Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores, el Rey eterno venía de la descendencia de Judá.

¡Que enseñanza tan trascendente! Si este día nos damos cuenta de la trascendencia y los efectos de las decisiones que tomamos seguramente tomaremos decisiones mas sabias.

En Oración

Señor, tu eres justo y tu Palabra es verdad. Gracias por tus enseñanzas y ayudarnos a ver la trascendencia de nuestras decisiones. Te pido sabiduría para tomar decisiones que traerán bendición a mis descendientes. En Cristo, amén.