¿Tu Dios o el de tus padres?

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En la Palabra

Lectura: Génesis 30-31

Jacob trabajó 20 años con Labán su suegro. Durante este tiempo Dios lo prosperó con abundancia de ganado y siervos, además que le dio 11 hijos y una hija.

Llegó el momento en que Dios le dijo que regresara a su tierra y dejara a su suegro aunque Labán no quería. Jacob tuvo que huir sin avisar. Cuando su suegro se enteró, fue en busca de Jacob pero en el camino Labán tuvo un sueño donde Dios le advertía no maltratar a Jacob.

Jacob y Labán hicieron un pacto poniendo un montón de piedras y acordaron no hacerse daño el uno al otro. Este fue el juramento:

Mira este montón de piedras y la estela que he levantado entre nosotros —señaló Labán—. Ambos serán testigos de que ni tú ni yo cruzaremos esta línea con el propósito de hacernos daño. ¡Que el Dios de Abraham y el Dios de Najor sea nuestro juez! Entonces Jacob juró por el Dios a quien temía su padre Isaac. (31:51-53 NVI)

En la Práctica

Es maravilloso saber que Dios tiene un propósito el cual va a cumplir además de que es fiel a sus promesas. Le hizo una promesa a Abraham de bendecir a su descendencia y así lo hizo.

Lo interesante, y que sería motivo de mayor estudio, es que Jacob hizo el pacto en nombre de Dios a quien temía su padre Isaac. (Gén. 31:53).

Hasta ahora parece que Jacob no había hecho de Jehová su Dios, sino que era el Dios de sus padres. Veinte años antes había hecho esta promesa a Dios: “E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. “ (Gen. 28:20-21)

¿Es Jehová tu Dios o el Dios de tus padres?

En Oración

Señor, gracias que eres fiel a tus propósitos y que cumples tus promesas y porque un día me iluminaste para hacerte mi Dios. En Cristo, Amén.