La Palabra de Dios en medio de Circunstancias Adversas

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Abraham murió y fue sepultado por sus hijos Isaac e Ismael. Antes de morir Abraham tomó por mujer a Cetura y tuvo seis hijos mas con ella. Ismael tuvo 12 hijos. Isaac y Rebeca, por su parte, tuvieron dos hijos mellizos; Esaú y Jacob.  Durante el embarazo Rebeca tuvo mucho dolor por lo que consultó a Dios y le dijo que dos naciones batallaban en su vientre y que el mayor serviría al menor. Esto se refería al hecho de que Esaú (el mayor de los hermanos) mas tarde vendería a su hermano los derechos de primogenitura. Este hecho es motivo de estudio (ver Hebreos 12:15-17).

En la Palabra

Lectura: Génesis 25-26

En aquel tiempo hubo una gran hambre, y como Abraham, Isaac quiso ir a Egipto para librarse del hambre, pero:

… se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré. Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre.  Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes. (26:2-5)

Isaac no consideró las circunstancias sino que obedeció la Palabra de Dios y se quedó en la tierra que Dios le dijo.  

¿Cuál fue el resultado? “Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová.” (26:12)

En la Práctica

Isaac, aunque la Biblia no habla mucho de él en comparación a su padre Abraham y su hijo Jacob, fue un hombre que obedeció a Dios y que trabajó cavando pozos.  Dios lo bendijo por la obediencia a su Palabra. Isaac no consideró las circunstancias del hambre y resistió la tentación de ir a Egipto para “escapar.” En nuestra vida diaria, ¿escuchamos a Dios para que nos dirija o actuamos de acuerdo a las circunstancias? Dios nos habla día a día en su Palabra y podemos estar atentos a ella para obedecer. La obediencia resulta en bendición.

Algo que también me llama mucho la atención de la instrucción de Dios a Isaac es la referencia a que su padre, Abraham, oyó la voz de Dios y guardó sus preceptos, estatutos y leyes. ¡Que legado más maravilloso de Abraham para su hijo!

Mi padre me dejó un legado de fe y obediencia ; y yo espero dejar en mis hijos el mismo legado de fe y obediencia. Que el Señor pueda decir de mi a mis hijos, "tu padre escuchó mi voz y guardó mis preceptos."

En Oración

Señor, gracias por que como a Isaac, tu nos hablas en tu Palabra. Ayúdame a estar atento a tu voz para cumplir tu Palabra. Te pido por mis hijos para que tu los guardes y los uses para tus planes. Por Cristo, amén.