Friday, January 6, 2012

La Queja y la Sabiduría




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 ¿Cómo debió haberse sentido Job? Además de que todos sus hijos murieron, perdió todo lo que tenía, estaba en una condición física espantosa por la enfermedad en la piel y todavía sus amigos llegan a culparle de cosas que ellos no entendían. De hecho le dice a sus amigos, que como médicos no sirven y que si se quedaban callados alguien los podría confundir con sabios. (13:5-6) La paciencia del justo Job estaba en su límite, sus emociones al borde del quebranto y la  desesperación.  En ese momento Job levanta su voz y se queja contra Dios.

En la Palabra
Lectura: Job 10-13

Job comienza el capitulo 10 diciendo: “Está mi alma hastiada de mi vida; Daré libre curso a mi queja, hablaré con amargura de mi alma. Diré a Dios: No me condenes; hazme entender por qué contiendes conmigo.” 
Job cuestiona a Dios por lo que le sucede y en su queja comienza a acusarlo de estar haciendo cosas injustas. Lo interesante es que Dios le permite a Job hablar, acusar y culpar a Dios, mientras que el Señor escucha no tanto las palabras de Job sino el corazón herido y dolido de este hombre.  Job no entiende como es que Dios siendo justo y conociendo todas las cosas permite a Job sufrir.
Job pide a Dios dos cosas: “Concédeme, oh Dios, sólo dos cosas,  y no tendré que esconderme de ti: Quítame la mano de encima y deja de infundirme temor.”(13:20-21)

En la Práctica
¿Dios se molesta de que lo cuestionemos cuando no entendemos algún asunto? Yo creo que no, El conoce claramente nuestra preocupación o sufrimiento. Jesucristo se hizo hombre y padeció exactamente todas nuestras debilidades, la diferencia es que Jesucristo nunca pecó.  Por ello la Biblia dice que puede compadecerse de nosotros (Hebreos 4:15)
¿Qué podemos hacer cuando pasamos por sufrimiento? El libro de Santiago dice algo que inicialmente parece insensato: “gózate en la prueba” pero es necesario pedir a Dios sabiduría para poder comprender el motivo de la prueba.
Insensato es pasar por una prueba y no aprender nada de ella.

En Oración
Señor, gracias porque tu me amas y en tu amor como Padre, me quieres enseñar y hacer madurar en mi fe. Las pruebas y el sufrimiento por las que me permites pasar, aunque no me agradan,  me hacen crecer en mi fe. Dame sabiduría para aprender de la prueba. En Cristo te lo pido, Amén.

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