La Paciencia de Dios

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Por todo lo que este libro describe le sucedió a Job y la manera en que responde a sus calamidades, se ha hecho famosa su paciencia. Tal vez has escuchado aquella oración que menciona “dame la paciencia de Job.”  Ante los desastres que llegaron a su vida, después de perder todo lo que tenía, incluyendo la muerte de 7 hijos y 3 hijas, y una enfermedad en la piel que lo llenó de llagas malolientes y lo dejó en los huesos; así describe la Biblia su reacción: “Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno. “ (Job 1:20-22)

Pero; ¿has considerado la paciencia de Dios? Durante 36 capítulos ha escuchado a estos 4 hombres, Job, Elifaz, Bildad, Zofar y Eliú, exhibir su “sabiduría” hablando cosas que han aprendido a través de su experiencia, pero todo su conocimiento se puede comparar a un granito de arena en el desierto de Sahara. ¿Puede todo el conocimiento del hombre compararse con el conocimiento de Dios?

En la Palabra

Lectura: Job 38-39

Después de 36 capítulos de escuchar los conceptos, las quejas y las creencias de estos hombres, finalmente Dios habla y hace una serie de preguntas que dejan en evidencia su falta de conocimiento.

El Señor le respondió a Job desde la tempestad. Le dijo: «¿Quién es éste, que oscurece mi consejo con palabras carentes de sentido? Prepárate a hacerme frente yo te cuestionaré, y tú me responderás. »¿Dónde estabas cuando puse las bases de la tierra? ¡Dímelo, si de veras sabes tanto!¡Seguramente sabes quién estableció sus dimensiones…!”

Con estas y otras preguntas más simples que tienen que ver con la naturaleza y los animales Dios pone en perspectiva el conocimiento del hombre comparado con Dios.

En la Práctica

¡Que poco conocemos los hombres de toda la creación de Dios! Los hombres sabios se dan a conocer por su prudencia en su hablar. Algunos muestran su soberbia hablando cosas que no entienden. Y sin embargo Dios tiene paciencia para cada uno. Espero que al hablar reconozcamos que no tenemos el conocimiento suficiente para entender todas las cosas y estemos dispuestos recibir el consejo de Dios. Para ello Dios nos ha dado su Palabra, la Biblia.

En Oración

Señor, al contemplar tu grandeza y tu sabiduría, el nivel de nuestro conocimiento queda en evidencia. Gracias por enseñarnos y ser paciente con nosotros. En nombre de Jesús; amén.