La Voz de Dios en el Sufrimiento

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Eliú, el cuarto amigo de Job, y el más joven, se atreve a hablar e invita a los demás a analizar el caso de Job. En su análisis examina las palabras de Job quien durante todo su discurso ha sostenido su inocencia. Eliú acusa a Job no solo de pecado sino de añadir rebeldía con sus palabras contra Dios. Su análisis en muy interesante.

En la Palabra

Lectura: Job 32:34

Nosotros ahora sabemos que Eliú juzgó equivocadamente a Job por no tener el cuadro completo de lo que sucedía. Sin embargo en su argumento menciona algo que llama la atención: Dios no hace lo malo y no es injusto; Dios es soberano. (34: 10-30).

Pero hay un hecho que el hombre necesita entender:

14 Dios nos habla una y otra vez, aunque no lo percibamos. 15 Algunas veces en sueños, otras veces en visiones nocturnas, cuando caemos en un sopor profundo, o cuando dormitamos en el lecho, 16 él nos habla al oído y nos aterra con sus advertencias, 17 para apartarnos de hacer lo malo y alejarnos de la soberbia; …29 »Todo esto Dios lo hace una, dos y hasta tres veces, 30 para salvarnos de la muerte, para que la luz de la vida nos alumbre. (33:14-17,29-30)

Eliú le dice a Job que aunque argumente su defensa ante Dios, tiene que reconocer que no puede justificarse así mismo y contender con Dios. La razón es simple: Dios es mas grande que los mortales.

¿Se puede hacer justo a un hombre cuando ha pecado contra Dios?

23 »Mas si un ángel, uno entre mil,  aboga por el hombre y sale en su favor, y da constancia de su rectitud; 24 si le tiene compasión y le ruega a Dios: “Sálvalo de caer en la tumba, que ya tengo su rescate”, 25 entonces el hombre rejuvenece; ¡vuelve a ser como cuando era niño! 26 Orará a Dios, y él recibirá su favor; verá su rostro y gritará de alegría, y Dios lo hará volver a su estado de inocencia.

¡Que palabras de esperanza en donde podemos encontrar perdón! El “ángel entre mil” en Hebreo se refiere a un mensajero en el sentido de embajador, la Reina Valera habla de un “elocuente mediador;” este es Jesucristo.  El es nuestro abogado que nos defiende ante Dios. ¡Jesucristo, nuestro abogado, nunca ha perdido un caso!

En la Practica

Dios nos permite pasar por dificultades en nuestra vida para librarnos de la muerte, para que esas circunstancias, en lugar de llevarnos a enojar con Dios (como a veces sucede), nos guíen a la luz de Dios, que es Jesucristo.

En Oración

Gracias Señor porque tu palabra dice que si alguno ha pecado, tenemos un abogado para con el Padre, a Jesucristo el justo quien nos justifica de pecado.