Sunday, April 22, 2012

Nombres Infames

En la Palabra
Lectura: I Crónicas 1-2

En estos primeros capítulos del libro de I Crónicas, el autor se da a la tarea de dar las genealogías de Adán  y los patriarcas aunque contiene también algunas referencias históricas de otros hombres. El capítulo 2 comienza con los descendientes de Jacob (Israel) pero el autor pone mas énfasis en la tribu de Judá por el plan providencial de Dios ya que de esta tribu vendría el rey David y finalmente el Mesías, el Señor Jesús.

En la Práctica
Con una lista de nombres, la mayoría de ellos desconocidos para nosotros  y otros tantos impronunciables, es difícil encontrar alguna aplicación práctica para nuestra vida. (Aunque podríamos usar algunos de estos nombres para ponerle a nuestros hijos o nietos como Dodanim o Dedán, Lehabim o Naftuhim – solo estoy bromeando, por favor, sus hijos les van a agradecer que no les pongan estos nombres).
Podemos ver la lista de los patriarcas en los versos 1, 8, 17, 28-29, 32, 34,35 y 43 del primer capítulo.
En el segundo capítulo encontramos nombres un tanto más conocidos pero también podemos notar que el autor hace algunos comentarios como en el caso de Er (2:3) quien fue malo ante los ojos de Jehová y lo mató.  Esto puede sonar muy drástico, y lo es, pero Dios es tres veces Santo y no pasa por alto el pecado. Gracias a Dios por su misericordia y por Jesucristo quien es el pago por nuestros pecados. ¿Qué fue lo que hizo Er? La Biblia no lo dice, pero algunos rabinos creen que fue que intencionalmente no quería que su esposa Tamar quedara embarazada para no afectar su belleza. Su hermano Onán, que debía darle descendencia hizo esto y también murió (Gen.38:7-10).
De Acán también se hace el comentario de que perturbo a Israel porque prevaricó con anatema. Esta es una manera muy rebuscada de decir que Acán desobedeció el mandato específico de Dios dado por Josué de no tomar nada de la ciudad de Jericó porque Dios la maldijo; sin embargo, Acán tomó un manto babilónico, doscientos ciclos de plata y un lingote de oro y los escondió en su tienda. Así es el pecado, uno lo trata de esconder pero finalmente trae consecuencias fatales. Ante Dios no hay nada escondido que no haya de ser manifestado (Todo finalmente se sabe). Nuestra vida debe ser una carta abierta que todos puedan leer, no podemos esconder nada.


En Oración
Señor, gracias que tu conoces todo en nuestra vida y no hay nada que podamos esconder de ti. Eso me hace vivir en temor reverente a Dios. Gracias porque tu Palabra dice que eres tu quien produce en nosotros el querer como el hacer por tu buena voluntad. En Cristo, tu Hijo, amén.

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