En la Palabra
Lectura: I Samuel 1-3
Durante el tiempo de los jueces, el tabernáculo estaba en la ciudad de Silo; ahí ministraba el sumo sacerdote Elí. Había un hombre en Rama que se llamaba Elcana y su esposa Ana no tenía hijos. Un día cuando fueron a Silo a ofrecer sacrificios como cada año, Ana volcó su corazón delante de Dios frene al Santuario. Elí la vio y pensó que estaba borracha pero Ana le explicó que estaba afligiendo su alma delante de Dios. Elí la bendijo pidiendo que Dios le concediera su petición. La Biblia dice que después de esto, “Ana no estuvo más triste” (1:17), adoró a Dios y regresó a Rama. Dios le concedió un hijo a quien le puso por nombre Samuel (Dios me escuchó), porque lo había pedido a Dios y durante algunos años (3 y 4) Ana no fue con Samuel a Silo a adorar, pero llegado el tiempo lo llevó, de acuerdo a su promesa a Dios, y dejó con el sacerdote Elí para que sirviera en el santuario. Cada año Elcana y Ana año cuando iban ofrecer sacrificios, Elcana y Ana visitaban también a Samuel. Los hijos de Elí por otra parte eran hombres perversos que servían en el santuario pero no conocían a Jehová. Estos robaban de las ofrendas y se acostaban con las mujeres. Elí no los corrigió y la Biblia dice que honró más a sus hijos que a Dios (2:29). Dios envió a un varón quien pronunció juicio contra Elí y sus hijos. La Palabra de Dios era escasa en aquellos día, es decir, Dios no se manifestaba (quizás por el pecado del pueblo, la maldad de los hijos de Elí y la complacencia de Elí); pero Dios habló al joven Samuel y le declaró que iba a cumplir el juicio que había hablado contra Elí. Todo el pueblo de Israel sabía que Samuel era fiel profeta de Jehová.
En la Práctica
Podemos encontrar en esta pasaje varias lecciones prácticas para nuestra vida diaria; primeo la oración. Ana en su aflicción derramó su corazón delante de Dios quien, a través del sacerdote Elí, la bendijo y Ana no estuvo mas triste.” ¡Que tremendo ejemplo de fe! Con toda la tristeza y aflicción de Ana, le bastó presentar su petición delante de Dios y que el sacerdote la bendijera para que se quitara su tristeza. Cuando estamos afligidos, podemos llevar nuestra petición a Dios en el Nombre de nuestro Sumo Sacerdote Celestial, Jesucristo toma nuestro caso y lo presenta delante de Dios. Filipenses 4:6 dice que no estemos afligidos sino que oremos a Dios y la paz de Dios guardará nuestra mente y corazón. Otra lección tremenda la podemos aprender de la tibieza con la que Elí reprendía a sus hijos, no los corregía; la Biblia dice que honraba mas a sus hijos que a Dios. El resultado fue el juicio contra toda su casa. ¡Corrige a tus hijos con la disciplina y amonestación del Señor! Finalmente también podemos aprender de la dedicación y fidelidad de Samuel a Dios.
En Oración
Gracias Señor porque escuchas mis oraciones que hago a ti a través del Sumo Sacerdote Celestial, el Señor Jesucristo. Gracias porque tu das respuesta a todas mis peticiones y porque puedo descansar en ti. Te pido que me des sabiduría instruir a mis hijos en tu camino y que vean en mi un ejemplo de dedicación y fidelidad a ti. Por Jesucristo, amén.
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