En la
Palabra
Lectura: Salmo 73, 77-78
En el salmo 73 David declara su confianza en
Dios como el resultado de un proceso por el que casi resbala describiendo cómo
fue tentado (v. 2-14), después se avergüenza (v.15-17) hasta que se da cuenta
que su perspectiva es una perspectiva humana, pero al entrar al santuario de
Dios pudo tener una perspectiva diferente. Al final del salmo declara lo que
será el destino de los malos y termina declarando su esperanza en el Señor.
El Salmo 77 es un canto que evoca a la fe.
Cuando David estaba en angustia y buscaba a Dios, dice que su alma no
encontraba reposo. Sentía que Dios no le respondía hasta que hizo memoria de
todo lo que Dios había hecho y confesó las maravillosas obras de Jehová.
En el salmo 78 el salmista enseña al pueblo
acerca de la fidelidad de Dios y la infidelidad del hombre. Igualmente les
habla del poder de Dios que hace maravillas por su pueblo, les suple sus
necesidad, derrota a su enemigo, hace camino donde no hay. También les hace
recordar la gracia de Dios que aún las muchas veces que fallaron Dios los
rescató. En este salmo, el escritor usa parábolas o enigmas para enseñar y le
pide al pueblo que esté atento a sus enseñanzas.
En la
Práctica
¿Alguna vez has sufrido de envida? Los que son muy
espirituales dirán “no”, la realidad es que aún “el hombre conforme al corazón
de Dios” sintió envidia de la prosperidad de los malos. David sentía una
punzada en el corazón cuando veía que los malos prosperaban hasta que: “entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos” (v.17). David termina el Salmo 73 diciendo:
“los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he
puesto en Jehová el Señor mi esperanza, para
contar todas tus obras” (v.27-28) Creo que sentiremos envidia cuando miramos a las personas en lugar de mirar a Dios. Entremos en el santuario del Señor y mirémosle a El.
¿Cuántas veces has sentido que Dios no
te escucha, o que esta lejos de ti? A veces caemos en la trama de los
sentimientos. El corazón es perverso y engañoso, más que todas las cosas (Jer. 17:9).
No podemos confiar en nuestros sentimientos. Debemos confiar en la Palabra de
Dios, no en nuestras emociones. David se hubiera deprimido por no recibir
respuesta a su plegaria, sin embargo, el recuerda la fidelidad de Dios. Sabe
que Dios es fiel aunque NO lo sienta en ese momento. Esto lo llevó a confesar: “Meditaré en todas tus obras, y hablaré de tus
hechos. Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es grande como nuestro
Dios? Tú eres el Dios que hace maravillas; hiciste notorio en los pueblos tu
poder” (Salmo 77 :12-14). ¡Que maravilloso es el Señor que conoce nuestras
debilidades y nos ánima a ser fortalecidos en su poder y no confiar en nosotros
mismos!
En Oración
Gracias por tu fidelidad que muestras cada día y
porque eres todopoderoso. Confieso que a veces resbalo y confío mas en mis
sentimientos o en mis recursos. Gracias por recordarme que tu eres Dios que
tienes cuidado de tu pueblo y que nos guías en tus caminos supliendo todas
nuestras necesidades. Por Jesucristo, amén.
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