Wednesday, April 4, 2012

Cuando no tienes Rey


En la Palabra
Lectura: Jueces 16-18

Sansón se relacionó con una ramera, filistea, de la ciudad de Gaza y aún así el Señor le siguió dando la fuerza para derribar la puerta de la ciudad. Además se enamoró de otra mujer filistea llamada Dalila. A esta mujer cada uno de los príncipes filisteos le pagarían 1,100 monedas de plata para que sedujera a Sansón y revelara el secreto de su fuerza. Sansón cayó fue apresado, le sacaron los ojos y lo encadenaron. Cuando le creció el cabello pidió al Señor que le regresa una vez mas la fuerza; así en una fiesta mató a 3,000 filisteos donde el mismo también murió.
En aquellos días todo mundo hacía lo que bien le parecía. Un hombre llamado Micaía, de la tribu de Efraín, hizo unos ídolos de plata y contrató a un Levita como sus sacerdote personal pagándole 10 monedas de plata al año.
La tribu de Dan fue a conquistar la ciudad de Lais en su paso, robaron a los ídolos de Micaía y se llevaron al sacerdote Levita a quien le dijeron que sería mejor ser el sacerdote de una tribu que de una casa. Así Dan conquistó la ciudad de Lais y el sacerdote Jonathan, hijo de Gersón quien era hijo de Moisés, sirvió con sus generaciones en la ciudad de Dan.

En la Práctica
En el capítulo 17 de Jueces por primera vez se introduce la frase “en aquellos días no había rey…” Esto implicaba que cada uno hacía lo que bien le parecía. Israel había desechado a Dios y solo le servían cuando Dios levantaba a un juez. La naturaleza humana está inclinada a buscar alguien para adorar. Micaía hizo ídolos de plata para adorar. (Compara las 10 monedas de plata al año que le pagarían con las 1,100 que cada príncipe de los filisteos le pagaría a Dalila por seducir a Sansón. ¿Es mucha tentación?) La tribu de Dan adoró los mismo ídolos con un sacerdote que servía por lo que le pagaban.  El Señor Jesús le dijo a la mujer Samaritana: “ustedes adoran lo que no saben…” Pablo le dijo a los Atenienses que eran muy religiosos pues entre sus altares tienen uno dedicado al Dios no conocido.  Cuando alguien no conoce a Dios, lo mas probable es que se haga algún ídolo para adorarlo. Otra enseñanza que podemos tomar de este pasaje es el peligro de servir a Dios por salario. El pastor asalariado no le importan las ovejas, lo único que le interesa es el dinero. Aquellos que servimos a Dios, tengamos cuidado de no hacerlo por salario. Cuando no haces de Jesucristo tu Señor (Rey), haces lo que bien te parece.

En Oración
Gracias Señor por enseñarme a través de tu Palabra y recordarme que en mi corazón siempre habrá la inclinación de adorar; pero si no te adoro a ti con todo mi corazón, adoraré algo más. Señor confieso que Jesucristo es el Señor, en su nombre; amén.

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