En la Palabra
Lectura: Salmo 6,8-11,14,16,19, 21
David trata una serie de diferentes temas en estos salmos, desde
pedir misericordia al Señor, cantar alabanzas a su Nombre porque no solo ha
creado al hombre sino que lo ha coronado con honra y gloria. También trata el
tema de la necedad del ateísimo y de la insensatez del que hace maldad pensando
que no tendrá consecuencias. En el Salmo 6 David pide misericordia cuando el
alma está muy frustrada. Dios escucha y vindicará a su siervo. En el salmo 8
David reconoce que el nombre de Jehová es grande sobre toda la tierra y
reflexiona cómo es que Dios ha hecho al hombre un poco menor que los ángeles y
lo corona de gloria y honra. En el Salmo 9 alaba a Dios con todo su corazón por
todas sus maravillas. En el Salmo 10 habla de que el malo solo piensa en
maldad, no tiene temor de Dios y piensa que su maldad no lo va a alcanzar. Dios
va a actuar en contra de los malos pero atenderá a los humildes. En el Salmo 14
habla del necio que dice en su corazón “no hay Dios.” El ser humano, sin Dios, se
ha corrompido y no hay quien haga lo bueno ni busque a Dios. El Salmo 16
contiene una declaración maravillosa del deseo de una persona que anhela la
presencia de Dios: “Oh alma mía, dijiste a Jehová:
tú eres mi Señor; no hay
para mí bien fuera de ti.” El salmo 19 David se refiere a aspectos maravillosos
de la Palabra de Dios la cual convierte el alma,
hace sabio al sencillo y es mas deseable que el oro y la plata. En el salmo 21
David declara la bondad de Dios para con el rey. El Señor le ha concedido el
deseo de su corazón.
En
la Practica
Estos salmos nos dejan ver cómo podemos
experimentar a Dios cada día de nuestra vida y en cada circunstancia. Una de
las lecciones más importantes de la vida de David que aprendió durante su
tiempo de aflicción fue, sin duda, a buscar a Dios, confiar en El y anhelar su
presencia cada día de su vida. En el Salmo 16 David eleva una plegaria a Dios para ser guardado porque el ha confiado en el Señor y dice: “no
hay para mi bien fuera de ti…En tu presencia hay
plenitud de gozo; delicias a tu diestra para
siempre.”
Puedes imaginar los tiempos difíciles de
David cuando estaba pasando por gran aflicción y su único alivio era estar en
la presencia de Dios. ¿Alguna vez has experimentado esto? Toda persona en este
mundo pasa por circunstancias difíciles en su vida. La manera en como
reaccionas a ellas van a moldear tu carácter. Las circunstancias te pueden
llevar a buscar a Dios, experimentar su amor, su misericordia y finalmente su
poder liberador. Pero las mismas circunstancias te pueden llevar a buscar
puertas falsas que finalmente te esclavizan y te llevan a la perdición. Estas
puertas falsas son el alcoholismo, la drogadicción, la mentira, la hipocresía
(usar máscaras y vivir apariencias), el enojo, rencor y otros hábitos destructivos.
Finalmente tanto el que aprende a confiar en Dios como el que se esclaviza a
malos deseos, pensamientos y hábitos, van a recibir e fruto de lo que
sembraron. ¿Qué es lo que has decidido sembrar; dependencia de Dios o independencia
de Dios?
En
Oración
Señor, gracias que nos enseñas a través de
tu palabra a aprender a depender de ti; sin embargo, el aprender no solo es teórico
sino que muchas veces nos llevas a lugares de desiertos, valles de sombra donde
lo único aprendemos a depender de ti. Danos fortaleza para permanecer firmes
en tu Palabra. Por Jesucristo, amén.
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