Reedificando el Altar

En la Palabra

Lectura: Esdras 1 - 3

El rey Ciro de Persia, cumpliendo la Palabra de Dios que anunció el profeta Jeremías, decretó que se reconstruyera el templo en Jerusalén y autorizó que los judíos que quisieran, pudieran  regresar a Jersusalén. Se levantaron todos a quienes el Espíritu de Jehová despertó para ir y edificar el templo. Además el mismo Ciro hizo que regresaran los utensilios del Santuario que había llevado Nabucodonosor 70 años antes. El capítulo 2 hace un recuento de las personas, por familias, que regresaron a Jerusalén en total 42,300 más 337 siervos.

Una vez en Jerusalén, lo primero que restauraron fue el altar y comenzaron a ofrecer sacrificios a Dios. El pueblo también ofreció ofrendas monetarias y de productos para que se pudiera comenzar la obra. Después de algún tiempo pusieron la base del templo;  los sacerdotes ofrecían sacrificios mientras los levitas con instrumentos musicales alababan a Dios. Hubo un gran clamor de todo el pueblo, sobre todo de aquellos que habían conocido el templo de Salomón.

En la Práctica

Hay algunas lecciones prácticas en esta historia, además de lo que ya se ha dicho de la profecía y cómo Dios revela de una manera exacta lo que va a hacer; su Palabra se cumple. En este pasaje vemos cómo Dios con su espíritu despierta a las personas para que hagan la obra. En segundo lugar, se unen como un solo pueblo. Tercero, son obedientes a la Palabra de Dios y celebran los sacrificios y las fiestas solemnes como Jehová se los piden. Además ofendan fielmente al Señor y lo alaban con gran alegría al ver su fidelidad.

¡Que pasos tan prácticos para nuestra vida! ¿Cómo estas hoy; avivado por el Espíritu de Dios? Si este día no tienes el gozo del Señor, el ánimo que el da por su Espíritu; ¿Por qué no clamas a Dios? El tiene una obra y una función para ti; únete al pueblo fiel de Dios que está trabajando en expander el reino de Dios, se un dador alegre y participa con tus ofrendas. Te llenarás de gozo y clamarás alegremente al Señor.

En Oración

Gracias Dios por dar ánimo a mi vida con tu Espíritu y recordarme de la obra a la que me has llamado. Te pido que pueda ser fiel a este llamado obedeciendo y participando en honrarte y alabarte como tu lo pides. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.