En la Palabra
Lectura: Daniel 1-3
Daniel fue llevado cautivo a Babilonia y ahí comienza su largo
ministerio profético hasta el primer año del rey Ciro de Persia. En el capítulo 1 narra la manera cómo, de ser
un cautivo, llegó a ser el gobernador de Babilonia. Daniel, junto con otros jóvenes
tanto israelitas como de otras naciones, fueron educados en la cultura Babilónica.
También les daban a comer lo que se le daba al rey, carne (generalmente
sacrificada a ídolos) y vino, sin embargo Daniel y los jóvenes Hebreos (Ananías,
Misael y Azarías) no participaron de esas comidas sino que pidieron se les
diera legumbres. La Biblia dice que Daniel propuso en su corazón no
contaminarse con la comida y el vino del rey. Dios les dio gracia por esa
decisión y fueron hallados diez veces mejor que los otros cautivos de otras
naciones. En el capítulo 2 vemos la manera extraordinaria en que Dios le revela
a Daniel el sueño que tuvo Nabucodonosor hablándole de los reinos que se
levantarían después de Babilonia hasta el último tipo de gobierno antes que
Dios estableciera su reino. Fue tal el impacto de esta revelación a
Nabucodonosor que Daniel fue hecho gobernador de Babilonia y sus tres compañeros
fueron puestos como administradores de las provincias. En el capítulo 3 se
narra la maravillosa historia de Ananías, Misael y Azarías, permaneciendo fiel a
Dios y no adorar la estatua que Nabucodonosor hizo para que la adoraran. El Señor
los libró de la muerte al ser arrojados a un horno de fuego y lo más
maravilloso es que en medo del horno, y de ellos, Nabucodonosor vio a uno que
era semejante al hijo de Dios. Esta experiencia hizo que Nabucodonosor adorara
al Dios de Israel y que hiciera una proclamación de muerte a todo aquel que blasfemare
contra Jehová.
En la Práctica
Cada uno de estos capítulos tiene una aplicación práctica y personal
para todo creyente. El primer capítulo nos enseña de que cada cristiano puede
dedicar su vida al Señor y tomar voluntariamente convicciones en cuanto a
acciones en las que decide o no participar. Hay quienes tienen convicciones
personales y las quieren imponer a todo cristiano, como escuchar música, ir al
cine, bailar usar el cabello largo o corto, o pantalón o maquillaje etc. El
libro de Colosenses 2:20-23 dice que nadie nos debe juzgar en comida o bebida,
días de fiesta, el que decidió personalmente es algo que le ayuda a él pero no
tiene ninguna efectividad contra los apetitos de la carne (y al contrario, a
veces se envanece y juzga a sus hermanos que no tienen las mismas
convicciones). Se que este es un tema delicado, no es que yo esté a favor de
escuchar música del mundo o tomar bebidas alcohólicas o vivir una vida que no
refleje a Cristo, fuimos llamados a una vida Santa y debemos reflejarla, pero
debemos ser sabios en no crear mandamientos y doctrinas de hombres volviéndonos
fariseos.
El capítulo 2 es una profecía maravillosa que nos habla de los reinos
que vendrían después de Babilonia quien es la cabeza de esa estatua. El siguiente
imperio seria el medo Persa (los dos brazos), el siguiente sería Grecia y después
uno como hierro que pisoteaba todo, ese fue Roma; pero el último imperio sería
una alianza de naciones, esto es lo que estamos viendo en nuestros días en la
Comunidad Europea (lo que fue antiguamente dominado por Roma). En los días de
estos reyes Dios levantará su reino. Estamos muy cerca de ese día.
El capitulo 3 nos habla una vez mas de la dedicación de nuestra vida a
Dios y no inclinarnos ante ningún otro Dios. No será popular pero traerá gloria
a Dios.
En Oración
Muchas gracias Señor por el ejemplo de Daniel, Ananías, Misael y Azarías;
porque la vida de estos hombres me anima a tomar convicciones personales que te
honren a ti. Bendito sea tu Nombre, en el nombre de Jesús, amén.
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