En la Palabra
Lectura: Ezequiel 13 – 15
Una vez mas ahora por medio del profeta Ezequiel, el Señor manda un
mensaje de reprensión contra los profetas que hablaban las imaginaciones de su
corazón y no la Palabra de Dios. También el Señor manda reprender a las
profetizas que hacían velos mágicos y aparentemente los vendían a la gente; en
otras palabras, hacían mercadería de la fe. La sentencia para estos profetas y
profetizas mentirosos era que la mano del Señor estaría contra ellos y sus
falsas profecías serían evidentes.
A los que venían a consultar al Señor por medio de Ezequiel, pero tenían
ídolos en sus casas, primero debían apartarse de sus ídolos y convertirse al Señor
sino al igual que los falsos profetas serían destruidos. El Señor dice a
Ezequiel que enviará cuatro juicios terribles sobre Jerusalén; espada, hambre,
fieras y pestilencia y solo quedaría un remanente.
En la Práctica
Una de las cosas maravillosas que Jesucristo vino a enseñarnos y que
logró con su sacrificio en la cruz fue que pudiéramos ser adoptados hijos de
Dios. Ahora nos podemos acercar a Dios como nuestro padre; cosa que el pueblo
de Israel no podía hacer, para ellos Dios era Jehová el Señor. Para nosotros
ahora es nuestro Padre celestial y podemos entrar con confianza a su presencia
por medio del camino que Cristo nos abrió por su sacrificio. Sin embargo, a
veces parece que llegamos con tal familiaridad que se nos olvida que el hijo
honra al Padre. Cuando los profetas hablaban de su propio corazón, creo que
honestamente tenían en su corazón el deseo de que Dios trajera paz en medio de
la amenaza de conquista de los Babilonios, sin embargo en la Palabra que Dios
le hablo a Jeremías y Ezequiel vemos que el Dios tenía que juzgar la rebeldía e
idolatría de Judá. Me pregunto si hemos aprendido a temer a Dios. Cuando
hablemos en nombre del Señor, hagámoslo con la autoridad de la Palabra de Dios.
Por ejemplo, sabemos que Dios aborrece el pecado pero es muy diferente decirla
a una audiencia: “Dios aborrece el pecado” que “La Biblia dice que Dios
aborrece el pecado” La fuente de nuestra mensaje siempre tiene que ser la
Biblia, tengamos cuidado de no hablar los deseos o anhelos de nuestro corazón confundiéndolos
con el deseo de Dios. El deseo de Dios está claramente revelado en su Palabra.
Hablemos la Palabra de Dios y no seamos como estos profetas que hababan
mentira, hablando de su corazón.
En Oración
Padre, que bendición es poderme acercar a ti con esta confianza, sin
embargo sigues siendo el Señor tres veces Santo. Tú mereces que se te honre,
por ello Señor vengo a ti en reverencia pidiendo sabiduría para hablar tu
Palabra. Gracias por que la has revelado en la Biblia y tenemos una fuente
confiable y de autoridad para conocerte. En el nombre de Jesús, amén.
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