En la Palabra
Lectura: Daniel 4 - 7
Daniel escribe y comparte una carta que el rey Nabucodonosor escribió
donde relata su experiencia de soberbia, humillación y restauración. En un sueño
el Señor le hace ver lo que iba a suceder con él y su reino. Daniel interpreta
el sueño y tal y como dijo Daniel, Nabucodonosor se ensoberbeció creyendo que
el reino de Babilonia había sido construido por él, en ese momento un mensajero
celestial le quitó la cordura y Nabucodonosor terminó como una bestia del campo
por siete años hasta que se arrepintió y Dios le restauró el trono y el reino.
Por ello Nabucodonosor alaba y engrandece “al Rey del cielo porque, todas sus
obras son verdaderas, y sus caminos justos, y él puede humillar a los que andan
con soberbia” (4:37)
En el capitulo 5 Daniel comparte de la soberbia e iniquidad de Belsasar
quien en una fiesta, en su borrachera, hizo sacar los utensilios sagrados de la
casa de Dios que Nabucodonosor, su padre (realmente el abuelo). En una
demostración extraordinaria, una mano escribe un mensaje en la pared y Daniel
es llamado a descifrarlo el cual es un mensaje de juicio porque Belsasar no
honró a Dios, esa noche el reino de Babilonia cayó ante los persas.
En el capítulo 6 igualmente Daniel narra cómo su fidelidad a Dios lo
libró de las acechanzas malvadas de sus enemigos quienes engañaron al rey Darío
para que hiciera un edicto donde establecía que el que orara a otro dios fuera
del rey fuera muerto. Dios libró a Daniel del foso de los leones donde fue
echado.
En la Práctica
Los capítulos 4 y 5 nos hablan de la soberbia. Es fácil caer en la
tentación de la soberbia, pero cuando caemos, debemos reconocerlo, humillarnos.
La Palabra de Dios dice que si confesamos nuestros pecados, Dios nos perdona (1
Juan 1:9). Eso fue lo que hizo Nabucodonosor, aunque se ensoberbeció,
finalmente se humilló, reconoció a Jehová Dios y fue restaurado. En contaste,
su nieto, Belsasar en su soberbia y borrachera tomó algo sagrado para
envilecerlo. Esto habla de una mente reprobada y el mensaje en la pared eso decía;
“fuiste pesado en balanza y hallado falto…” ¡Cuántas personas repiten este
mismo error! Toman el cuerpo que el Señor compró con su sangre y que es sagrado
y lo envilecen. Toman el sexo que es sagrado y lo envilecen. La mente ensoberbecida
y reprobada cree que ella puede poner las reglas, lo único que va a encontrar
es la retribución debida a su extravío. Sobre Nabucodonosor, quien reconoció al
Señor y Belsasar quien se envileció y fue juzgado, está el testimonio tremendo
de Daniel quien desafió la maldad de sus contemporáneos, exaltando y adorando a
Dios, por ello, el Señor lo libro. ¡Cuánto necesitamos aprender de Daniel! Vivimos
en un mundo que dicta lo que políticamente es correcto y muchos doblan sus
manos. La iglesia puede y debe estar
firme en la Palabra de Dios y en amor mostrar la verdad de Dios.
En Oración
Gracias Señor por estos ejemplos maravillosos que nos hablan a nuestra
vida práctica. Ayúdame a reflejar tu gloria como lo hizo tu siervo Daniel. En
el nombre de Jesús; amén.
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