En la
Palabra
Lectura: 2 Samuel 13-15
El reinado de David deja los años de
victorias maravillosas para comenzar a enfrentar tiempos de conflicto. El hijo
de David, Amón comete incesto con su media hermana Tamar. El hermano de Tamar,
Absalón guarda rencor contra Amón y después de dos años manda matar a Amón en
una comida que hizo en su casa con todos los hijos del rey. David nunca disciplinó a Amón por lo
que hizo con Tamar, y ahora David no disciplina a Absalón por matar a Amón,
simplemente lo exilia a vivir en Gesur. Joab trama una manera de regresar a
Absalón al palacio. David accede a traer de regreso a Absalón aunque sin verlo.
En ese tiempo seguramente Absalón comenzó a guardar resentimiento contra David
y comenzó a ganar el corazón de la gente escuchando sus casos y diciéndoles: “si
yo fuera el rey te haría justicia.”
Abalón mandó llamar al general Joab para que intercediera una vez por el
ante el rey. Como Joab no acudió en dos ocasiones a su llamado, mandó quemar el
campo, de Joab; así inmediatamente Joab fue a ver a Absalón quien hizo que
David recibiera a Absalón. Lo que Absalón hizo fue pedir permiso para ir a Hebrón
y allí conspiró proclamándose rey. Al escuchar la noticia, David se dispone a
abandonar el palacio par no pelear contra su propio hijo.
En la Práctica
En este pasaje podemos encontrar varias
lecciones y comenzamos a ver algunas debilidades en David. No fue un padre que
enseñara a sus hijos el respeto y la obediencia. No disciplinó a sus hijos aún
cuando estos habían cometido actos despreciables. Todo esto como consecuencia
de su pecado con Betsabé y el asesinato de su siervo Urías. ¿Cómo podía exigir
David un comportamiento recto cuando él mismo había tomado ventaja de una
mujer, como Amón de su propia hermana Tamar? ¿Cómo podía David exigir respeto
por la vida cuando él mismo había mandado matar a su siervo Urías? ¡Que
terribles consecuencias trae el pecado! ¿Cómo eres en cuanto a la disciplina de
tus hijos? Recuerda lo que enseña la Palabra de Dios, “el Señor al que ama disciplina”
(Heb. 12:5)
La manera en que Absalón llama la atención de
Joab es muy interesante ya que en dos ocasiones lo manda llamar y Joab ignora
el llamado hasta que Absalón quema su campo. ¿Cuántas veces tiene el Señor que
llamarnos par que pongamos atención antes de que queme aquellas cosas que son
valiosas para nosotros?
Finalmente, la actitud de David ante la
rebelión de su Absalón es en un sentido desconcertante y en otro es admirable.
Siendo el rey, podía tomar a sus soldados, pelear contra Absalón y controlar la
insurrección. Sin embargo, David humildemente (y tal vez humillado) sale del
palacio con la cabeza cubierta y descalzo y dice algo impresionante, “si Dios
quiere, El me regresará a reinar.” David sabía el mismo no podía imponerse como rey, en su juventud no se
impuso como rey, ahora en sus años maduros, no iba a imponerse como rey. ¿Cuál es tu actitud ante el liderazgo? ¿Crees
que tu debes pelear por los lugares de liderazgo o esperas en el Señor que el
muestre a quien ha llamado?
Recuerda la rebelión de Coré, recuerda la murmuración de Aarón y María
contra Moisés. Dios llama y establece a sus siervos.
En Oración
Señor gracias por las grandes enseñanzas de
tu Palabra. Ayúdmae a ser sabio para vivir de una manera que te agrada. Dame sabiduría
como padre para guiar a mis hijos en tus caminos. Finalmente te pido que
confirmes tu llamado en mi vida. En el Nombre de Jesús, amén.
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