Anhelando a Dios

En la Palabra

Lectura: Salmo 5, 38, 41-42

Un canto precioso de un anhelo de comunión con Dios. El salmista habla con Dios para decirle de su deseo de orar a Dios cada mañana. Por la misericordia de Dios tiene acceso al Señor cada día; en contraste los insensatos no anhelan la presencia de Dios.

En el salmo 38 el salmista termina diciendo: “No me desampares, oh Jehová; Dios mío, no te alejes de mí. Apresúrate a ayudarme, oh Señor, mi salvación.” Es un clamor terrible de dolor por el pecado, por le dolor no solo emocional, sino espiritual y físico.

El salmo 41 es otro salmo pidiendo a Dios misericordia por el pecado diciendo: “Jehová, ten misericordia de mí, sana mi alma, porque contra ti he pecado. “

En el salmo 42 el autor habla del deseo que su alma tiene de Dios. En salmista habla de su experiencia en tiempo de a aflicción, sin embargo, en medio de su situación podía recordar cómo él mismo guió a muchos a la casa de Dios  y se pregunta a sí mismo: “¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.”

En la Práctica

Lo primero que el Espíritu Santo trae a mi corazón con la lectura de estos salmos es hacerme la pregunta: “¿Cuánto anhela mi alma a Dios; le busco cada mañana?” Como hijos de Dios no podemos vivir separados de El, sin embargo parece que lo mas difícil en nuestra vida es mantener una vida de disciplina espiritual, buscar al Señor cada día para estar llenos de su presencia y enfrentar cada día y sus afanes, tentaciones y retos. El salmista dice los insensatos no están delante de los ojos de Dios. La pregunta es: ¿se refiere el salmista que Dios no puede ver a los insensatos o que los insensatos no buscan el rostro de Dios? ¡Que bendición es poderse presentar delante de Dios cada día! ¿No sería bueno hacer un compromiso de disciplina con Dios para buscarle cada día?

En Oración

Padre, entiendo lo vital que es para mi vida espiritual buscarte cada día de mi vida y desarrollar una disciplina espiritual. Señor, no es por obligación que quiero buscarte, no es por conveniencia sino es por amor. Te amo Jesús mi fortaleza, mi Roca, mi castillo, mi libertador. Bendito seas por siempre, en Jesucristo, amén.