Wednesday, May 2, 2012

La Gracia y la Misericordia de Dios


En la Palabra
Lectura: Salmo 106-107

El Salmo 106 es una invitación a albar a Dios y reconocer su misericordia. El escritor hace un recuento de las muchas veces que el pueblo se rebeló contra Jehová y cómo el Señor los disciplinaba y traía de regreso a El. En el salmo 107 el tema es similar, igualmente el escritor invita al pueblo de Dios a alabar al Señor porque el Señor ha sido misericordioso con ellos. A diferencia es que en el salmo 106 la rebelión fueron situaciones históricas como el reclamo a Moisés ante el mar Rojo cuando el ejército de Israel perseguía al pueblo, el evento del becerro de oro o la rebelión de Coré. En el salmo 107 no se da alguna situación específica sino que solo se mencionan diferentes iniquidades y pecados en general. Aún así la disciplina y el amor de Dios los llevaron a buscar de nuevo a Dios.

En la Práctica
¿Puedes alabar a Dios por su misericordia? Seguramente muchas veces has experimentado a Dios en su misericordia. La misericordia de Dios se refiera a que Dios no nos da lo que merecemos. Su gracia se refiera a que nos da lo que no merecemos. Estamos tan condicionados en este mundo a que recibes lo que mereces, que muchas veces limitamos la gracia de Dios. No estoy hablando de minimizar el pecado, el pecado es grave delante de Dios y tiene sus consecuencias, a lo que me refiero es que hay algunos creyentes que sienten que lo que tienen (aún los dones espirituales) son un premio a su santidad. La verdad es que nadie es digno de la gracia de Dios, por ello se llama gracia (no la merecemos). Aquellos que son legalistas, creen que son mas dignos que los demás y que merecen las bendiciones de Dios. Estos dos salmos nos recuerdan que no es por nuestras obras, si fuera por nuestras obras ya el Señor nos hubiera consumido, es por la gracia (una ve mas no confundamos la gracia con el libertinaje, fuimos llamados a santidad, pero no pensemos que la santidad es algo que viene de nosotros mismos, es Dios quien produce en nosotros el querer como el hacer, El merece toda la gloria). Mejor digamos como el salmista:

1 Alabad a Jehová, porque él es bueno;
Porque para siempre es su misericordia.
2 Díganlo los redimidos de Jehová,
Los que ha redimido del poder del enemigo,
3 Y los ha congregado de las tierras,
Del oriente y del occidente,
Del norte y del sur.
4 Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino,
Sin hallar ciudad en donde vivir.
5 Hambrientos y sedientos,
Su alma desfallecía en ellos.
6 Entonces clamaron a Jehová en su angustia,
Y los libró de sus aflicciones. (Salmo 107:1-5)

En Oración
Te alabo Señor con todo mi corazón, por tu gracia y por tu misericordia; por que toda la gloria es para ti. Tu nos has salvado por medio del sacrificio  perfecto de tu Hijo a nuestro favor y tu eres el que produces en nosotros el querer como el hacer por tu buena voluntad. Recibe la gloria Señor Dios, Todopoderoso. Po Jesucristo, Amén

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