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En la Palabra
Lectura: Levítico 24-25
Jehová habló a Moisés y le dio mas leyes, esta vez acerca de las lámparas del santuario que debían estar encendidas desde la tarde hasta la mañana en el lugar santo dentro del tabernáculo. Además cada día de reposo los sacerdotes pondrían los panes sobre la mesa de la proposición, uno por tribu, es decir doce panes.
Dios también dio sentencia a un hombre de padre egipcio que blasfemó el nombre de Jehová. Su sentencia fue ser apedreado. El Señor declaró lo siguiente: “16 Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera.” (24:16). Igualmente es señor estableció las leyes de restitución en caso de daño a animal, persona o posesión; la famosa ley del talión: “ojo por ojo, diente por diente.”
En el capitulo 23, Dios establece las leyes del Jubileo. La tierra era sembrada por seis años y el séptimo no la sembraban, era para el reposo de la tierra. Además cada 7 semanas de años, es decir, 49 años, se hacía una fiesta especial que se llamaba el año del Jubileo. Durante este año, las tierras pasaban a su dueño original, los esclavos israelitas eran liberados. El Señor da una promesa por cumplir sus estatutos:
18 Ejecutad, pues, mis estatutos y guardad mis ordenanzas, y ponedlos por obra, y habitaréis en la tierra seguros; 19 y la tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros, y habitaréis en ella con seguridad. (25:18-19)
En la Práctica
Uno de los aspectos que me llama mucho la atención de este pasaje es la sentencia que se le dictó a este hombre hijo de un egipcio pero de madre hebrea. Por blasfemar el nombre de Jehová, el Señor declaró que debía ser apedreado por los que lo escucharon. ¡Que responsabilidad tan grande tanto para Moisés como para los testigos! Recordemos que el 6º mandamiento dice expresamente “No matarás.” Esto quiere decir que la sentencia no fue un capricho sino un juicio de retribución a una falta grave. Cualquiera pudiera argumentar que esta sentencia fue así porque el hombre no era hebreo 100% sin embargo Dios añade que esto se debía de hacer al “extranjero como el natural…” Blasfemar el Nombre de Jehová es una ofensa grave delante de Dios. Pensemos en todas las veces que utilizamos el nombre de Dios en expresiones que ofenden el Nombre. No usemos el Nombre del Señor sino para bendecir de corazón.
Otro aspecto maravilloso del Señor es su promesa de que si el pueblo hacía conforme a sus ordenanzas, Dios les haría habitar seguros y además haría que la tierra diere su fruto. ¿Quién como Jehová nuestro Dios?
En Oración
Gracias Señor por tus maravillas, por tus promesas que siempre cumples. Perdóname por muchas veces tomar tu Nombre ligeramente y ayúdame a usar tu Nombre con un propósito de bendición. Por Jesucristo, amén.
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