El Cuidado de Dios por su Pueblo

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Para ver las predicas del pastor Alex: http://apexbaptist.org/#/en-espaol/videos

En la Palabra

Lectura: Levítico 19-21

Moisés registra las leyes que Dios establece para hacer justicia y apartarse de idolatría.  Dios dice: “No os volveréis a los ídolos, ni haréis para vosotros dioses de fundición. Yo Jehová vuestro Dios.” (19:4) No solo el pueblo debía guardarse de adorar otros dioses y hacer figuras de fundición o de piedra o madera sino que también debían mirar por los pobres. “Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios.”

Dios manda ser honestos: “No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana.” (19:13) Debían tratar con dignidad a los discapacitados y respetar a los ancianos. “No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo Jehová.” (19:14).  “Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová.” (19:32)  Igualmente debían tratar bien a los inmigrantes: “Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios” (19:34)

Otras leyes tienen que ver con la prohibición de consultar adivinos o usar tatuajes o marcas en los cuerpos. Y “…no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová.” (19:28)

Una vez mas Dios habla de las leyes de moralidad sexual dando más detalles en el capítulo 20.

Los sacerdotes debían cumplir con los estatutos y requisitos que Dios estableció. Dios demanda santidad.

En la Práctica

Es maravilloso saber que Dios tiene cuidado de todo, aun lo que para nosotros serían pequeños detalles. Dios establece reglas para dar a su pueblo cuidado, provisión y seguridad, pero al mismo tiempo el pueblo debía cumplir con su obligación.

La ley de Dios no establece que se tiene que mantener a los pobres, sino que estos debían trabajar recogiendo lo que quedaba en los campos. Ellos no trabajaron, sembrando ni cosechando pero trabajaron recogiendo. ¡Que claro es Dios en este aspecto! No solo en al Antiguo Testamento sino que también el Nuevo Testamento: “⁸ porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.” (1 Tim.5:8) 

Al ver estas leyes nos damos cuenta de la gran responsabilidad que tenemos cada uno de los creyentes para que en cada aspecto de nuestra vida podamos honrar a Dios. Pudiéramos resumir esta responsabilidad y privilegio en el siguiente verso:

Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra, no sea que os vomite la tierra en la cual yo os introduzco para que habitéis en ella. (20:22)

En Oración

Padre Celestial, gracias por mostrar tu amor, tu cuidado, tu provisión y  ver por la seguridad de tu pueblo. Ayúdanos, como hijos tuyos a cumplir con nuestras obligaciones para honrar tu nombre.  Así sea.