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En la Palabra
Lectura: Levítico 26-27
Las ultimas instrucciones en el libro de Levítico tienen que ver con las bendiciones de la obediencia y las consecuencias de la desobediencia. La primera instrucción es la repetición del primer mandamiento de no tener ídolos delante de Dios.
Las bendiciones de obedecer resultan en la provisión de todo lo necesario par la vida, alimento y seguridad. Los enemigos Israel huirían delante de el. Dios confirma su promesa anteponiendo su Nombre: “ Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido.” (26:13)
Sin embargo, el resto del capítulo enseña acerca de las consecuencias de la desobediencia que incluyen: temor, cansancio, enfermedad, improductividad, infertilidad, tragedia, muerte, dispersión y cobardía; todo esto con un propósito:
»Pero si confiesan su maldad y la maldad de sus padres, y su traición y constante rebeldía contra mí, las cuales me han obligado a enviarlos al país de sus enemigos, y si su obstinado corazón se humilla y reconoce su pecado, entonces me acordaré de mi pacto con Jacob, Isaac y Abraham, y también me acordaré de la tierra. (26:40-42)
En la Práctica
A muchos de nosotros no nos gusta escuchar que Dios reprende y disciplina. A los que somos padres, en la cultura Occidental, se nos dice que disciplinar a un niño es incorrecto. Sin embargo estamos viendo las consecuencias de la falta de disciplina en nuestros hijos. Como un Padre amoroso, Dios corrige por medio de la disciplina. La disciplina siempre se da en amor y con el fin de corregir. La disciplina no se debe aplicar en enojo ni debe ser motivada por venganza. Eso no es disciplina.
Lo mas importante de este pasaje es el primer verso del capítulo 26: “No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella; porque yo soy Jehová vuestro Dios.” (26:1)
¿Has escuchado el dicho: “uno es lo que come”? En la vida espiritual, “uno es lo que adora.” Mira lo que dice el Salmo 115
Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho. Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven … Semejantes a ellos son los que los hacen, y cualquiera que confía en ellos.
¿Qué es tu ídolo? ¿El poder, la fama, el dinero, la vanagloria? Cualquier otra cosa que pongas antes que Dios es tu ídolo, y te vuelves semejante a el.
En Oración
Señor Jehová, solo tu eres el creador del cielo, la tierra y todo lo creado. Tu me creaste para ti. Además me compraste con la sangre de tu Hijo Jesús. Tu eres fiel y misericordioso. Señor quiero ser fiel y leal a ti, amándote sobre todas las cosas; que no haya ídolos en mi corazón. Por Cristo te lo pido, así sea.
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