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Seguramente has leído ese pasaje donde el apóstol Pablo escribe: “he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:11-13) ¿Puedo decir que es verdad?
En la Palabra
Lectura: Éxodo 13-15
El pueblo de Israel salió hacia el desierto de Sin y una vez mas se quejaron delante de Dios. Hubieran preferido quedarse en Egipto que morir de hambre en el desierto. Dios le dice a Moisés que enviaría carne y pan para que se saciaran. Dios envió el maná cada mañana y estableció que debían recoger seis días y el sexto día recoger el doble. El séptimo día era consagrado a Dios.
Al salir del desierto llegaron a Refidin, pero no había agua. Una vez mas el pueblo se queja de Dios con Moisés; “¿para qué nos sacaste de Egipto? ¿Para matarnos de sed? Dios le dijo a Moisés que golpeara la roca de Horeb y salió agua de la roca. Amalec salió a pelear contra Israel. Cuando Moisés levantaba su vara, Israel ganaba y si bajaba los brazos, Amalec ganaba. Josué y Hur ayudaron a sostener los brazos de Moisés, así ganaron la batalla.
El suegro de Moisés Jetro, vino a visitarlo y vio la labor tan ardua que hacía cada día viendo los asuntos del pueblo. Le sugirió enseñar las ordenanzas y leyes de como conducirse. Así nombró jueces, hombres que aborrecieran la avaricia, que fueran honestos que juzgaran los asuntos del pueblo.
En la Práctica
Cada que leo cómo el pueblo de Israel se quejaba con Dios, aún después de ver y experimentar todas sus maravillas, me pregunto cómo podían ser así. Sin embargo, en nuestra debilidad somos como el pueblo de Israel, constantemente dudamos de Dios, nos quejamos y no aprendemos a vivir contentos y confiados (no estoy hablando de ser conformistas). El Señor promete proveer para nuestras necesidades. Debe existir un balance, no quiere decir que no trabaje (“El que no provee para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo” -1 Tim5:8. “…el que no trabaja, que tampoco coma” -2 Tes. 3:10), pero tampoco quiere decir vivir queriendo más egoistamente.
En el Nuevo Testamento, Jesucristo es el “Pan de Vida” (Juan 6:35) y el dijo “si alguno tiene sed, venga y beba” (Juan 7:37). ¿Cuál es tu necesidad? ¿Por qué no te sientes satisfecho? Necesitas el Pan de Vida, necesitas el agua que sacia tu vida; necesitas a Jesucristo.
En este pasaje también aprendemos del día de reposo. ¡Que importante es para Dios este día! Todas las actividades debían hacerse en seis días, pero el séptimo era santo, consagrado a Dios! Vivimos en un mundo que consagramos cinco días para el trabajo y dos días para nosotros. ¿Qué le ofrecemos a Dios?
En Oración
Señor, gracias por todas tus bendiciones que derramas día a día sobe mi y mi familia. Gracias por tu provisión. Perdóname cuando no he mostrado contentamiento. Reconozco que tu eres mi proveedor.
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